Un equipo de diez investigadores de la Facultad de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Maza buscó conocer la prevalencia de factores de riesgo por malos hábitos alimentarios en adultos del Gran Mendoza. Obtuvieron algunos datos alarmantes pero corregibles en vistas a prevenir las enfermedades no transmisibles (ENT).
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica estas problemáticas como la principal amenaza para la salud humana y en la Argentina son la principal causa de muerte. Algunas de ellas son el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las respiratorias crónicas. Muchas de ellas tienen como factores de riesgo principales algunos determinantes sociales evitables y prevenibles como los hábitos alimentarios inadecuados, el sedentarismo y el consumo de tabaco y alcohol.
El grupo de trabajo evaluó a 123 personas de entre 18 y 60 años para conocer sus hábitos nutricionales y su estilo de vida. El estudio incluyó un exhaustivo análisis antropométrico, psicológico y nutricional, que arrojó 80 datos de cada individuo, los cuales fueron relacionados con un programa estadístico y de los que se sacan las siguientes conclusiones:
• 78,2% presentó Índice de Masa Corporal (IMC) elevado: 31% sobrepeso y 47% obesidad.
• 45,5% de la muestra presentó circunferencia de cintura elevada.
• 71,4% tuvo alto porcentaje de masa grasa y 32,7% alto porcentaje de grasa visceral.
• 53,1% evidenció baja cantidad de masa muscular.
• 65,5% superó la ingesta diaria recomendada de azúcar.
• 50% ingería más grasas de las adecuadas y 51% ingirió más sodio del debido.
• 99% tenía un muy bajo consumo de Omega 3; el 90,9% no cubría el consumo de fibra adecuado y el 76% presentó un bajo consumo de grasas poliinsaturadas (grasas beneficiosas), por el contrario, inclinándose un 56% hacia las grasas saturadas.
• También se observaron importantes déficits en el consumo de Vitamina B1, B2, B3, B6 y B9.
Estas estadísticas evidencian la alta presencia de factores de riesgo cardiovascular en la población y la prevalencia de una dieta proinflamatoria. Algunas de sus causas son el bajo consumo de frutas y vegetales, el exceso en el consumo de carnes y la ausencia o falta de actividad física (sedentarismo).
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El equipo de investigación está compuesto por Pablo Mezzatesta, Natalia Pampillón, Nazarena Asús, Cecilia Llaver, Mariángeles Domínguez, Ornela Ghiotti, Julieta Aldunate, María Emilia Rosas, Julieta Medina y Emilia Raimondo.