“La luz azul es aquella luz visible más cercana al ultravioleta, emitida por el sol con altas intensidades y es la base de la luz led que se encuentra ampliamente en las tecnologías digitales como teléfonos inteligentes, tablets, notebooks, computadoras y televisores. También, en muchos artefactos de iluminación pública y doméstica, desde bombillas hasta grandes reflectores”, explica la profesora Doris Rivadeneira Bueno, coordinadora de la Licenciatura en Óptica y Contactología de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca). “La luz tiene una longitud de onda que determina el color. La luz led emite una radiación entre los 380 y 500 nanómetros (la millonésima parte de un milímetro). Es más brillante y puede ser nociva si no se usa de manera adecuada”, agrega.
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La exposición a la luz azul se ha incrementado de tal manera y sus efectos se han extendido tanto que la 39 ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO proclamó al 16 de mayo como el Día Internacional de la Luz. El objetivo es, justamente, generar conciencia y prevención. Por eso, como parte de las actividades de la cátedra de Practica Social de la mencionada carrera de la UNS, se llevan adelante periódicamente jornadas de concientización, prevención y encuestas. En la última, realizada ese mismo día, participaron 519 personas. Los datos más llamativos indican que en algún momento del día un 60% de los encuestados sufre dolor de cabeza, un 35% de visión borrosa, y un 31% de ojos rojos. El 80% no usa o desconoce si usa filtros para luz azul.
“El resultado de esta encuesta nos demuestra que se está haciendo un uso inadecuado. Sobre todo, entre los 18 y 24 años, en muchas variables: distancias a los ojos, tiempo de exposición, protección. Esto induce a la aparición de sintomatología como fatiga visual, estrés visual, dolor de cabeza, ojos rojos, secos y cansados”, indicó Rivadeneira. “También detectamos la falta de un control oftalmológico oportuno y conocimiento sobre los filtros para su corrección óptica”, agregó.
La campaña brindó recomendaciones para la protección de la vista durante el uso de tecnologías digitales: poner los dispositivos en modo nocturno, leer con luz apropiada, disminuir el tiempo de uso; ajustar el brillo, contaste y tamaño de la letra del dispositivo; seguir la regla “20-20-20”: cada 20 minutos de uso, descansar 20 segundos y mira a 20 pies (6 metros aproximadamente).
“También es recomendable usar luz cálida y no luz fría, utilizar filtros de la luz azul o antirreflejo en anteojos recetados o de sol, controlar la distancia de uso de los dispositivos (60 centímetros para las computadoras, 35 centímetros para celulares y tablets), parpadear frecuentemente, cuidar la postura, y limitar el uso a los niños, teniendo en cuenta que no deben usarlo los menores de dos años”, detalló la especialista.
Ricardo Tohmé conduce en Radio Universidad Nacional del Sur un espacio dedicado a la divulgación científica. Especializado en astronomía, agrega que las luces de led en la vía pública suman un conjunto de problemas: “La iluminación led es más eficiente, se ilumina más con menos energía eléctrica, lo que hace que en el mediano plazo, se optimice menos: como consume menos, se instalan más luminarias, y eso aumenta la exposición”. Otro problema es la interferencia de la luz azul con los ritmos circadianos, es decir, la adaptación de los seres vivos al ciclo de día y noche. Al seguir expuestos a la luz azul el organismo sufre en la secreción de melatonina. Esta hormona se produce, principalmente, en la glándula pineal, y participa en una gran variedad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos, como controlar el ciclo diario del sueño.
En los seres humanos el cerebro aumenta progresivamente los niveles de melatonina alrededor de las 9 o 10 pm, lo cual induce el sueño. La exposición prolongada a la luz azul durante esas horas también altera esos ciclos.
El cuidado ante la luz azul puede prevenir patologías como el dolor de cabeza, el cansancio visual, la degeneración macular precoz y la miopización. “Este es un problema que alarma hoy en día, porque se prevé que para 2050 el 50% de la población va a ser miope”, dice Rivadeneira. La miopía es una anomalía o defecto del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos.
Del total, casi el 44% indicó que no usa filtros para la luz azul en sus dispositivos, y otro 41,5% indicó que no lo sabe. Solo el 14,5% dijo que sí. Apenas más del 20% señaló que usa dispositivos de 1 a 3 horas diarias, mientras que el 41,6% lo usa de 3 a 5 horas por día, y el 38% más de 5 horas.
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Solamente el 30% de los encuestados manifestó no tener síntomas de fatiga visual en algún momento del día. El resto expresó que en algún momento de la jornada suele experimentar dolor de cabeza (60%), ojos rojos (19,7%), lagrimeo excesivo (7,1%), picazón en los ojos (30,8%), visión borrosa (35%) y sensibilidad a la luz (29,7%). El 83% utiliza sus dispositivos móviles más cerca que la distancia de su brazo.