Una investigadora del Instituto de Luz Ambiente y Visión (ILAV), de doble dependencia entre la UNT y el Conicet, realiza su tesis doctoral en búsqueda de mejorar la visión binocular de personas con ambliopía, una patología que se conoce comúnmente como ojo vago. La hipótesis de su trabajo es que realizar una tarea binocular que comprometa fuertemente la atención visual con un estímulo de interés podría facilitar el aprendizaje de la tarea. Postula que el proceso de desinhibición del ojo ambliope es un proceso de aprendizaje perceptual, que se logra con la repetición de ejercicios visuales.
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La ambliopía es la pérdida de la capacidad para ver claramente a través de un ojo y es la causa más común de problemas de visión en los niños. Se presenta cuando la ruta nerviosa desde un ojo hasta el cerebro no se desarrolla durante la infancia. Este problema se produce debido a que el ojo anormal envía una imagen equivocada al cerebro. Las imágenes borrosas se envían al cerebro lo confunden y de esta manera puede aprender a ignorar la imagen del ojo débil. Esta patología se puede dar por estrabismo o por casos de hipermetropía, miopía o astigmatismo, especialmente si es mayor en un ojo.
La autora de la investigación es Noelia Alcalde, ingeniera biomédica y su trabajo es dirigido por el doctor José Barraza. La investigación consiste en el entrenamiento repetitivo de una tarea visual usando los dos ojos a la vez para potenciar la visión binocular. Plantea que los resultados se consiguen gracias a la plasticidad neuronal y a la capacidad que tiene el cerebro de interpretar y aprender cosas nuevas. “En los ensayos usamos anteojos activos 3 D, similares a los del cine, pero con un mecanismo diferente”, explica la ingeniera biomédica a Argentina Investiga. Y agrega que el sistema usa la polarización de la luz, que prende y apaga los cristales de los anteojos y permite presentar un estímulo distinto a cada ojo, aunque la persona no lo note.
La profesional comenta que la terapia que se utiliza hace doscientos años para la ambliopía es la oclusión ocular, que consiste en tapar el ojo sano con el objetivo de hacer trabajar más al ojo enfermo. Comenta que esa práctica muchas veces no resulta efectiva por la incomodidad que genera el parche y porque, además, se practica sólo en los niños, hasta los ocho años. Sin embargo, afirma que los nuevos estudios muestran que la plasticidad neuronal se conserva durante toda la vida mediante el entrenamiento de las funciones visuales.
La ingeniera biomédica indica que muchas personas con ojo vago llegan tarde a la consulta con el oculista y que la técnica que desarrollan en el ILAV sería una alternativa tanto para pacientes chicos como para adultos por esa plasticidad del cerebro, cuando se entrena un grupo de neuronas específicas. Otra ventaja que ve en el sistema es la comodidad de los pacientes al realizar los ejercicios porque cuando se colocan los anteojos no se pierde la visión de ningún ojo, sino que se busca una visión en tres dimensiones.
Alcalde explica que la visión 3D es importante porque los objetos de la vida cotidiana no son planos, tienen un volumen y son tridimensionales. “Esta forma de visión es importante para las personas que deben realizar una tarea específica, como la práctica de un deporte o bien para realizar una tarea que requiere precisión. Sin esa visión la acción se puede volver más lenta e incluso puede fallar y eso es lo que se ve afectado con la ambliopía”, precisa.
La importancia de la atención visual
La investigadora comenta que los ensayos con binoculares o anteojos activos 3D podría ser más apropiada para estimular el ojo ambliope, corregido ópticamente, que la terapia de oclusión. Y opina que, si la información aportada por el ojo ambliope mejorara el desempeño en la tarea, es esperable que el sistema tienda a desinhibir ese ojo.
“Basado en este concepto, en los últimos años surgieron diferentes propuestas para implementar el entrenamiento binocular para el tratamiento de la ambliopía en adultos, pero ninguna de estas propuestas incluye la atención visual de manera explícita como un factor que interviene en el proceso de entrenamiento”, explica Alcalde. Agrega que su investigación postula que el proceso de desinhibición del ojo ambliope “es un proceso de aprendizaje perceptual”.
Ensayos y postulantes
La ingeniera biomédica comenta que los sistemas usados en el mundo para mejorar la visión binocular incluyen ver videos o videojuegos, pero no realizar una tarea que requiera mucha atención. “Nosotros usamos un grupo de pelotitas que se mueven de forma aleatoria en la pantalla. Unas son distractoras y a las otras hay que seguirlas con la vista, pero son idénticas. Al voluntario se le indica al comienzo cuáles pelotas debe seguir y el sujeto debe indicar cuáles eran esas pelotas al finalizar el ejercicio. Esto se hace de manera repetitiva y utiliza mucho la atención visual”, detalla.
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La investigadora comenta que hasta ahora realizaron ensayos con sujetos con visión binocular no alterada y que se consigue una mejora mínima con los ejercicios. Agrega que trabajan junto a una oculista que evalúa esos resultados y que hace poco empezaron a ensayar con una persona ambliope. La idea es realizar más ensayos con voluntarios con esa condición para medir la respuesta. “Creemos que conseguiremos mejoras más notorias al implementar nuestro sistema en personas con ojo vago”, finalizó.