El doctor Carlos Laino, docente e investigador del Instituto de Investigación de Ciencias de la Salud Humana de la UNLaR, creó un nuevo método antidepresivo. Las experiencias, realizadas en ciencia básica, fueron llevadas a cabo en ratas.
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El investigador indicó: “Existen ácidos grasos Omega 3 que, básicamente, están concentrados en los pescados y que pueden ingerirse en suplementos dietéticos que se venden en farmacias. Nuestra idea era investigar el efecto antidepresivo de estos ácidos grasos y compararlos con los antidepresivos que hay en el mercado”.
No existe explicación acerca del origen de la depresión y, pese a que cada día aparecen nuevos antidepresivos, estos no son efectivos para todos los pacientes, ya que tienen efectos adversos que generan que la persona abandone el tratamiento. Laino señaló que “otra de las consecuencias de los antidepresivos que se consiguen en el mercado es que muchas personas se recuperan por un tiempo y después reinciden en la patología”.
“La industria farmacéutica -describió el doctor- no está buscando solo nuevas drogas antidepresivas, sino nuevas estrategias para combatir esta patología. Uno de los candidatos posibles son los ácidos grasos Omega 3, por lo cual nos pareció interesante investigarlos en los animales”. Los análisis se iniciaron en los lugares donde se crían las ratas. “Nosotros utilizamos un modelo de depresión. Se provoca en los animales un estado similar al de la patología humana y, en base a ese modelo de depresión en la rata, hacemos los estudios”, explicó.
Al hacer los tratamientos, Laino observó que “los ácidos grasos Omega 3 producen un efecto antidepresivo. Pero lo más interesante, y que no estaba demostrado, es que estos ácidos grasos más los antidepresivos potencian el efecto contra la patología. Si se traslada este método a la clínica, una persona que tomara los dos productos obtendría un mejor efecto antidepresivo”. Asimismo, con este método se podría disminuir la dosis de antidepresivos, ya que los Omega 3 producen un efecto mayor, al tiempo que se disminuirían también los efectos adversos, con lo que se conseguirían dos objetivos fundamentales clínicamente.
El estudio ya fue publicado y en la actualidad se está avanzando con el patentamiento, lo que significa que el tratamiento se patentará en los Estados Unidos a través del CONICEF. En este sentido, Laino consideró que obtuvieron resultados muy satisfactorios en poco tiempo, ya que hace 3 años que trabajan en el tema, lo que en investigación científica significa muy poco. “En la UNLaR no se hacían investigaciones básicas, ni tampoco relacionadas al área de la salud, por lo tanto es una gran emoción haber generado un antecedente para que los egresados de esta Universidad sigan esta línea de investigación u otra”.
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Por último, el doctor indicó que lo que se hizo fue investigación básica, es decir, probar un tratamiento en los animales para que después sea trasladado a la parte clínica: “Si clínicamente funciona como tal, podría pensarse en la comercialización de una tableta con un comprimido que contenga los dos productos -el Omega 3 más el antidepresivo-, o bien dos pastillas que deberían tomarse en forma simultánea”. Con estos resultados se abre una puerta para que cualquier laboratorio de investigaciones clínicas que vea la patente y se interese en el producto, pueda comercializarlo.