Dr. Oscar Pucci, docente de Microbiología.
Un equipo de investigación de la casa de estudios patagónica llevó a cabo un trabajo en las aguas del Golfo San Jorge, específicamente en Caleta Córdova, Rada Tilly y Caleta Olivia. Obtuvieron 48 muestras de agua y 48 de sedimentos. Además de esta técnica de estudio, se sumaron 12 puntos de muestreo fisicoquímicos, que demostraron la inexistencia de contaminación por coliformes (bacterias provenientes de líquidos cloacales sin tratar).
> Leer también: Comienza el saneamiento del Río Reconquista.
A través del análisis sobre el potencial de biodegradación, se logró evaluar estimativamente cómo podría darse este proceso en las diferentes playas. “Observamos que la biodegradación de hidrocarburos es posible y rápida en términos biológicos”, comentó el doctor Oscar Pucci, docente de Microbiología y director del proyecto.
El conocimiento que se obtuvo acerca de las capacidades de depuración del mar y de los sedimentos costeros fue otro aspecto beneficioso del proyecto, ya que dichas regiones son altamente vulnerables a los derrames y a los desechos de la industria del petróleo.
El financiamiento por parte del GEF (Global Environment Facility, Fondo para el Medio Ambiente Mundial) permitió la compra de novedosos equipos, que se emplearon en la indagación de la estructura de las poblaciones marinas. Esta tecnología permitió estudiar las comunidades bacterianas y establecer su identificación a través de métodos químicos moleculares, de modo que el estudio se aceleró ya que los científicos no necesitaron realizar cultivos. Según el docente, “las ventajas van por el lado del ahorro de tiempo y la reducción de costos”.
El método clásico para este tipo de investigaciones se basa en la recolección de una muestra de microorganismo que luego es cultivado y aislado para lograr su caracterización dentro del mundo microbiano.
El derrame
“Los nuevos conocimientos sobre biodegradación que surgieron de esta investigación se aplicaron en el derrame de petróleo en las costas de Caleta Córdova”, comentó el investigador, y aclaró que el proyecto se llevó a cabo antes del incidente.
Al brindar una visión general, Pucci sostuvo que los resultados son muy positivos: “A ocho meses del derrame, la playa se encuentra en condiciones casi óptimas. Sólo faltaría conocer si tendría alguna incidencia en futuras instalaciones para la producción de mariscos”.
El trabajo de remediación se realizó en conjunto entre la Municipalidad de Comodoro Rivadavia y empresas privadas, algunas de las cuales colaboraron económicamente. Desde la universidad también se efectuaron sugerencias en el ámbito de los foros para llevar a cabo un proceso de atenuación natural. Esto “no significa dejar las cosas como vengan, sino controlar periódicamente la evolución del hidrocarburo a través de varios procesos naturales que concurren para eliminarlo”, contó el docente.
Gran parte de la remediación por evaporación natural puede haber llegado a un 10 o 15 por ciento del producto. Después hubo una disminución por absorción de hidrocarburos y otra instancia fue hecha por bacterias. El número de éstas aumentó el triple, lo cual generó que parte de los hidrocarburos se degraden.
“Como la dinámica de la playa es muy fuerte, la mayor parte no fue degradado, sino que se recolectó en absorbentes que se pusieron en el agua”, comentó Pucci, y destacó las características del sector costero, ya que “si hubiera sido una playa con menos energía, el componente biológico hubiera tenido mucha más preeminencia que otros”.
> Leer también: Un ómnibus ecológico y económico.
“Además de las costas de Caleta Córdova, se trabajó en el análisis de toda la zona litoral marítima de Comodoro, obteniendo como resultado una importante contaminación antrópica en algunos sitios”.