Fue diseñado para proteger los cultivos agrícolas de mayor relevancia económica en la región
Investigadores del Instituto de Botánica Carlos Spegazzini, perteneciente a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, diseñan un pesticida biológico altamente innovador para plagas de interés global que afectan tanto a cultivos intensivos como extensivos. Se trata de una iniciativa que busca mantener a salvo a los productores de los devastadores efectos de las plagas, pero sin afectar al medio ambiente ni a la salud humana.
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El trabajo es fruto de un convenio entre la UNLP y la empresa Elytron Biotech S.A., dedicada al desarrollo de bioinsumos para la agroindustria. Se trata de un acuerdo de investigación y desarrollo para la caracterización de microorganismos con potencial actividad pesticida, que permitirá a la empresa desarrollar soluciones biológicas altamente innovadoras. El personal contratado por la empresa trabaja en la actualidad en los laboratorios de microbiología y biología molecular del Instituto Spegazzini, en las nuevas instalaciones construidas en el predio de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la casa de estudios platense.
El desarrollo en el que se trabaja en los laboratorios de la UNLP ha demostrado ser eficaz contra lepidópteros, mosca blanca, pulgones y chinches, entre otras plagas dañinas para los cultivos. Fue diseñado para proteger los cultivos agrícolas de mayor relevancia económica en la región, como el maíz, el trigo y la soja. En relación a los cultivos hortícolas, es efectivo en el pimiento, el tomate y la berenjena.
El doctor Sebastián Pelizza, director del Instituto de Botánica Carlos Spegazzini, y la doctora Ana Clara Scorsetti, investigadora también del Instituto, explicaron que “el pesticida actúa por contacto sobre el insecto plaga y, en menor medida, por ingestión del principio activo, que son los conidios de un hongo entomopatógeno”.
Al respecto, detallaron que el proceso de investigación comenzó con una exhaustiva búsqueda de nuevas cepas nativas de hongos entomopatógenos aisladas a partir de las principales especies de insectos plaga de cultivos, tanto agrícolas como hortícolas del país.
Luego se pasó a la etapa de laboratorio, en la cual la cepa es aislada, identificada y caracterizada según los aspectos más relevantes para su actividad insecticida. Por ejemplo, se evalúa su virulencia, su patogenicidad, y la determinación cuanti y cualitativa en lo que respecta a la actividad enzimática. Superada esta instancia se seleccionaron las cepas que mostraron mejores resultados, que pasan a la siguiente fase: un escalado piloto que será utilizado en pruebas experimentales a campo. Los responsables del proyecto aseguraron a Argentina Investiga que este es un esfuerzo conjunto que aborda las problemáticas ambientales y, a la vez, impacta positivamente en el modo en que se producen y llegan los alimentos a los consumidores.
“Entre los principales beneficios de incorporar pesticidas biológicos en un sistema de agricultura sostenible es que son más respetuosos con el medio ambiente, favorecen la preservación de los suelos, la biodiversidad y la calidad del agua” señalaron los especialistas.
Es que, a diferencia de los pesticidas tradicionales, el control biológico no contamina ni afecta a otras especies de insectos ni animales. “Otras de las grandes ventajas de este tipo de desarrollos es que permite incorporar soluciones eficaces para hacer frente a la creciente problemática de resistencias de las distintas plagas a los pesticidas que están en el mercado”, agregó Pelizza.
La ecuación es tan simple como preocupante: a mayor resistencia de los insectos se requiere más cantidad de pesticida y, consecuentemente, crece la contaminación ambiental y el riesgo para la salud.
En cuanto a su aplicación, este insecticida biológico puede esparcirse sobre los cultivos de la misma manera y con la misma tecnología con que se aplican los insecticidas químicos de uso común; es decir, pueden fumigarse grandes extensiones de campo con avionetas o con pulverizadoras.
Esta colaboración conjunta entre la UNLP y la startup Argentina de base biotecnológica, que involucra equipos de trabajo altamente especializados en las áreas de microbiología y biología molecular, se respalda en el Instituto Spegazzini (FCNyM- UNLP) como referente nacional e internacional por sus trabajos relacionados a diversidad fúngica y por la riqueza de sus colecciones biológicas, que constituyen un banco de biodiversidad taxonómica y genética de incalculable valor.
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A su vez, posiciona al proyecto como altamente competitivo a nivel internacional por abordar la necesidad imperiosa de disminuir el uso de agroquímicos mediante la promoción y el desarrollo de alternativas biológicas eficaces con un alto grado de valor científico-tecnológico, la seguridad alimentaria, la conservación de la salud y la preservación del medio ambiente.