La licenciada Amalia Pérez y el doctor Alejandro Valda de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) fueron parte del equipo interdisciplinario formado por la directora de la sección de Imágenes Moleculares y Terapia Radiante del Instituto Universitario CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas), la doctora María Bastianello, para realizar un estudio pionero en el país y la región: un diagnóstico en un equipo Tomógrafo por Emisión de positrones PET/CT con administración de un radiofármaco específico denominado 18F-DOPA.
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El estudio se le hizo a una beba de 50 días que padecía un hiperinsulinismo congénito -causa más común de hipoglucemia persistente en el recién nacido y la infancia- con un alto riesgo de daño neurológico irreversible. La paciente debía ser sometida a una cirugía de resección de una parte de su páncreas para garantizar una sobrevida adecuada y los cirujanos necesitaban información precisa de la localización del tejido patológico a fin de garantizar el éxito de su intervención.
Mediante la administración del radiofármaco 18F-DOPA -que actúa como un intermediador de la síntesis de la dopamina y puede ser utilizado en el estudio de patologías neurológicas como la Enfermedad de Parkinson, tumores neuroendócrinos o cáncer medular de tiroides, e hiperinsulemias congénitas, como en este caso- se pudo observar la distribución del tejido que era necesario extirpar dentro del páncreas de la beba.
“Una posibilidad era que las células defectuosas (hiperplasiadas) estuvieran distribuidas en todo el páncreas. Si no existiera este tipo de estudio, la paciente hubiera tenido que ser operada sucesivas veces hasta encontrar la cantidad de tejido patológico compatible con una calidad de vida normal de la beba”, explica a Argentina Investiga Pérez, directora del área de Física Médica de la ECyT.
Ahí justamente radica el logro que significa este estudio: “Con él pudimos ver que el tejido defectuoso estaba en una única región (hiperinsulemia congénita focal) y determinar exactamente su localización dentro de la glándula, lo que permitió a los cirujanos intervenir con conocimiento preciso de la región a extirpar”, agrega. En tanto, Bastianello dice: “El impacto del estudio con el PET/CT en el futuro de esta niña será enorme: gracias a los resultados obtenidos, ella va a poder tener una vida normal”.
El procedimiento requirió del desarrollo exitoso de la técnica de incorporación del isótopo radioactivo 18F a la molécula de DOPA, que fue efectuado en los laboratorios BACON. Para ello previamente debieron contar, por su carácter innovador en la Argentina, con una autorización especial de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN).
En términos temporales, para realizar este tipo de estudios el primer paso es producir el radiofármaco; luego determinar la dosis a administrar, paso especialmente delicado en el caso de una beba de 6,7 kg.
Medicina nuclear y estudios PET/CT
La medicina nuclear es una técnica que utiliza la energía proveniente de núcleos radioactivos para que, ligados a sustancias químicas determinadas -fármacos-, actúen como marcadores de procesos metabólico-moleculares de organismos vivos. La radiación emitida por los isótopos es registrada desde el exterior por equipos capaces de determinar en qué posición del cuerpo están ubicados los radiofármacos y cuál es su concentración en los diferentes tejidos a lo largo del tiempo de estudio.
“El PET/CT es uno de los equipos de última generación que cumple la función de visualizar la distribución interna de esos radiofármacos”, explica Valda. En este caso en particular, el que se utilizó fue uno con tecnología de TOF (Time of Flight) de Philips, que tiene una mejora electrónica respecto de los equipos más sofisticados: puede medir la diferencia temporal de las dos señales que determinan cada elemento en la formación de la imagen. Esto requiere de cristales detectores con muy alta resolución temporal como los de oxiortosilicato de lutecio (LYSO) -los del PET/TC utilizado en este caso-.
Se trata de uno de los equipos productores de imágenes multimodales surgidos en los últimos veinte años y que resulta de la asociación de un tomógrafo computado (CT) y un tomógrafo por emisión de positrones (PET). La razón de haber producido un equipo como integración de ambos obedece a la idea de obtener “cuasi simultáneamente” una imagen que tenga los beneficios de la imagen estructural (CT) y la imagen metabólica (PET). Ambas se adquieren en forma secuencial y luego se integran mediante algoritmos matemáticos en la computadora a fin de obtener una única imagen final, descriptora de anatomía y de metabolismo.
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En la Argentina existen cerca de treinta equipos de PET/CT. Ellos deben trabajar en las inmediaciones de los laboratorios productores de radiofármacos porque la vida media de los isótopos útiles en medicina es muy corta. En la actualidad existen aproximadamente cinco ciclotrones que son las máquinas capaces de producir estos insumos radioactivos, uno de ellos pertenece a la firma BACON, que fue la encargada de obtener la 18F-DOPA.