El objetivo general del proyecto que dirige Mónica Freile, investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNPSJB, es buscar nuevos compuestos con actividad antifúngica y antioxidante a partir de productos naturales y mediante modificaciones químicas realizadas en las estructuras más activas y con mejores perfiles farmacológicos. Para desarrollar esta investigación se recolectaron raíces de calafate, perteneciente a la especie Berberis heterophylla, que se distingue por sus flores de color amarillo, frutos globosos y solitarios, y que se ubica en la zona sur de Chubut. La otra especie fue el Berberis serrato-dentata, predominante en la provincia de Río Negro y que produce frutos en forma de botellita y agrupados de color negro azulado y comestible. El calafate es una especie siempre verde, cuyos tallos miden entre 1 y 1,50 metros de altura. En el caso de la primer especie también se distingue al poseer espinas tripartidas, bien desarrolladas y hojas enteras punzantes.
De estas plantas se obtienen grandes cantidades de berberina, un alcaloide que se extrae principalmente de las raíces y el cual se modificó químicamente a fin de obtener otros compuestos más activos y de menor toxicidad.
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En una primera etapa, la investigación consistió en evaluar la citotoxicidad de los alcaloides obtenidos del calafate y otros obtenidos mediante modificaciones químicas; así se evaluaron berberina, anonaina, antioquina y canadina.
Estos estudios realizados en el Hospital La Fe de Valencia (España) mostraron que mientras berberina, anonaina y antioquina presentaban importantes efectos citotóxicos, la canadina no presentó citotoxicidad, aún en altas concentraciones (300 ug/ml). También se realizaron dos pruebas combinadas para evaluar la posible actividad antioxidante: la Peroxidación lipídica y de glutatión intracelular usando hepatocitos de rata. Estos estudios mostraron que canadina a concentraciones subcitotoxicas (50 y 100 µg/ml) presenta una importante actividad antioxidante.
Además, se realizó un estudio comparativo de las propiedades moleculares y reactividades de canadina, α-tocoferol (Vitamina E) y su derivado hidrosoluble, trolox, los cuales indican que este alcaloide podría actuar por un mecanismo muy similar al de estos conocidos antioxidantes. Según la investigación, la baja citotoxicidad, la interesante actividad antioxidante y su posible mecanismo de acción hacen que canadina y compuestos estructuralmente relacionados sean excelentes candidatos como estructuras líderes para el desarrollo de nuevos agentes antioxidantes.
Radicales libres
Los antioxidantes son los que nos ayudan a neutralizar los radicales libres, protegiéndonos de un número considerable de enfermedades degenerativas. Forman parte de nuestra protección contra el cáncer y las enfermedades cardíacas, ya que protegen las paredes de las arterias, mejorando nuestra calidad de vida.
Los radicales libres son producidos por nuestro organismo por distintos factores, tales como: consumo excesivo de grasas saturadas, alcohol, algunos medicamentos, exposición al humo de cigarrillos, contaminación ambiental, excesiva exposición solar y estrés, entre otros.
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Las consecuencias del exceso de radicales libres en el organismo afectan directamente nuestro estado de salud. Y es por esto que el organismo debe neutralizarlos y defenderse, para evitar la lesión de los tejidos. Cuando la concentración de estos radicales libres es muy elevada puede dañar nuestras células provocando, en algunos casos, degeneración de tejidos, lo que conlleva al desarrollo de diferentes tipos de enfermedades, entre ellas: inflamatorias, trastornos gastrointestinales, enfermedades neurodegenerativas -como el mal de Alzheimer-, artritis, cardíacas, hipertensión y algunas formas de cáncer.