Docentes y estudiantes de la UNNOBA crearon una web llamada insectario que refleja la diversidad de insectos plaga y sus enemigos naturales. “Las plagas son un serio problema en la zona de influencia de la Universidad, tanto para un campo de producción agrícola-ganadero, como para las flores del jardín de Doña Rosa”, explica a Argentina Investiga la profesora Mónica Ricci, investigadora y docente de la materia Zoología Agrícola, en la carrera Ingeniería Agrónoma.
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La página en cuestión es www.insectariounnoba.com.ar y surgió por idea de Paula Parola, estudiante de Informática y Agronomía quien pensó en crear un portal web sobre insectos. Con la propuesta sobre el pupitre, profesores y compañeros de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales y la Escuela de Tecnología aunaron esfuerzos e ideas y finalmente el insectario se elevó al ciberespacio.
Cochinilla harinosa, oruga de las leguminosas, isoca medidora y chinche de la alfalfa son sólo algunos de los insectos plaga que se pueden ver en el portal, ya que ellos y varios más son los que se encuentran en esta región predominantemente sojera. “El monocultivo crea ecosistemas simplificados e inestables, dado que hace que se pierda la biodiversidad, hay menos cultivos y menos insectos que se alimentan de ellos; menos enemigos naturales que se van buscando nuevas fuentes de alimento. Como consecuencia hay menos insectos, pero esos son más abundantes y se convierten en plagas, son los mejor adaptados a esta nueva situación”, reflexionó Ricci.
El panorama es más complejo: “A la pérdida de biodiversidad por el monocultivo, se suma el cambio climático y el mal uso de pesticidas, que originan poblaciones de insectos resistentes a insecticidas”. Estas diferentes variables exigen un activo rol por parte de los actores sociales involucrados en la materia: “Desde la Universidad estamos investigando y formando profesionales para que puedan elegir las herramientas más convenientes para el cuidado del ambiente. Desde nuestra disciplina, a través del reconocimiento de la fauna benéfica o insectos auxiliares”, recalcó Ricci, también docente investigadora de la Universidad Nacional de La Plata.
Un ajedrez natural
Tres especies de chinches atacan la vaina de la soja y comen sus granos. Ellas son la chinche verde, la de la alfalfa y la de los cuernos o panza verde. También la isoca se suma a este equipo defoliando las hojas de los cultivos y dándoles más de un dolor de cabeza a los productores. “Los insectos se comunican por los olores, gracias a ellos se orientan para encontrar a su pareja y también para localizar su alimento. Imaginate miles de hectáreas de un mismo cultivo. Son como un perfume francés que dice ‘vení, aquí estoy’. Así los insectos perciben a distancia que hay un cultivo que les apetece”, cuenta.
Pero a las diferentes chinches, isocas y aliados no les resulta tan sencillo disfrutar su almuerzo: “Las plantas cuando son atacadas por un insecto se defienden, ellas no pueden ladrar ni correr pero igual lo hacen liberando olores que atraen a los enemigos naturales”. La partida de ajedrez comenzó.
Los enemigos naturales pueden resultar un método de control de las plagas a través de medios naturales como los depredadores y los parásitos. Un enemigo natural muy frecuente es una pequeña avispa que introduce un huevo dentro del huevo de la chinche. Luego de unos días, de ese huevo no nace una chinche, sino otra avispa que va a parasitar a cientos de huevos. “Por eso se llama fauna auxiliar, porque nos auxilia en el control de las plagas. Algunas pican los desoves de la chinche y otras ponen sus huevos sobre el cuerpo de la chinche, matándola si es joven o esterilizándola si es adulta, cosa que no es poco”, afirma Ricci.
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Ante una batalla tan leal como natural, la pregunta que surge es el porqué de los pesticidas. “En Brasil hay bioplantas de estas avispitas, las liberan al campo en lugar de los insecticidas, pero acá estamos bastante atrasados. Se trata de plantas que por sus características, y en determinadas circunstancias, atraen a los enemigos naturales para combatir a las plagas que las colonizan. El tema pasa por reconocerlos para, en caso de ser necesario, aplicar un insecticida compatible con ellos. No es necesario matar a una paloma con un misil. Esta es una de las funciones del insectario web, mostrar los insectos benéficos asociados a los cultivos de la zona para que los técnicos comiencen a cuidarlos y que ellos naturalmente crezcan en número”.