Cada año, cerca de 7.600 hombres en Argentina son diagnosticados con cáncer de próstata. Sin embargo, se cree que muchos más padecen la enfermedad pero no han sido diagnosticados, según la ONG “Cáncer de Próstata en Latinoamérica” (CPL). Es por eso que es una de las enfermedades cancerígenas más abordadas por los investigadores que buscan identificar algunos factores causales para disminuir sus riesgos. Uno de ellos es la obesidad, el foco en el que se centraron los doctores Juan Filice, Rafael Pérez Elizalde y Constanza López Fontana, de la UNCuyo.
> Leer también: Invertirán $ 20 millones para estudiar el cáncer.
El objetivo al que apuntaron fue explorar cómo influye el sobrepeso en el desarrollo del cáncer de próstata, aunque teniendo en cuenta -aclaran- que la obesidad “no es un factor de riesgo y no puede activar un tumor”, pero sí ayuda a su progresión. “Existen estudios que demuestran que la obesidad puede actuar como un factor de riesgo en la iniciación, o como un factor de promoción en la progresión de un tumor”, explica Pérez Elizalde a InfoUniversidades.
Las investigaciones arrojan que la nutrición parece tener un papel importante en el desarrollo de esta enfermedad. La distribución geográfica de este cáncer muestra que tiene mayor penetración en los países industrializados o desarrollados. La obesidad, definida como un índice de masa corporal superior a 29kg/m2, se asocia con el doble de riesgo de padecer cáncer de próstata, además, en estos casos, el tumor se diagnostica en estadio más avanzado y es más agresivo.
Algunas conclusiones
Las cifras no indican cuántos de los pacientes que padecen cáncer de próstata son obesos, y hacia ese horizonte se orientaron los especialistas. Para ello, seleccionaron 20 voluntarios con cáncer de próstata y 20 pacientes libres de la enfermedad, a los que se les realizó una evaluación de la composición corporal (peso, talla, índice de masa corporal), un análisis de su historia alimentaria (recordatorio de 24 horas y cuestionario de frecuencia de consumo), medición de PSA por Elisa (que determina el valor del antígeno prostático específico), tacto rectal, ecografia transrectal y biopsia ecodirigida.
> Leer también: Un equipo de científicos argentinos despertó
la polémica sobre el bisfenol A.
A partir de las comparaciones de los resultados de estos análisis, pudieron llegar a las primeras conclusiones. “La obesidad no sería un factor de riesgo -afirma López Fontana-, pero sí enmascara la patología, y cuando es detectada clínicamente se encuentra en un estadio más avanzado”.