Reese: "Tenemos que tomar conciencia de que ésta es una ciudad inundable" - Foto: José Curto
-Además de las cuestiones climáticas, ¿cuáles fueron las causas de las inundaciones que afectaron a La Plata y a la Ciudad de Buenos Aires?
-Las causas son múltiples y, en general, muy interrelacionadas. Nunca una catástrofe de este tipo se explica por un solo factor. Por supuesto, hay una cantidad de obras por terminar, desde el punto de vista del drenaje urbano, para mitigar el problema de los excesos de lluvias e inundaciones. Pero, desde el punto de vista del urbanismo, el problema básico que tiene la región metropolitana es que creció de manera muy irrespetuosa de las condiciones naturales del sitio donde se asentaba.
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-¿A qué se refiere con crecimiento irrespetuoso?
-Toda la ribera derecha del Río de la Plata donde se asienta el Área Metropolitana de Buenos Aires es una llanura muy plana y de bajas pendientes y, por lo tanto, de muchísima vulnerabilidad a la inundación. Eso siempre ha sido así. Sin embargo, Buenos Aires se urbanizó y creció sin respetar esa condición. Por lo tanto, una parte muy importante de los loteos está construida en zonas muy vulnerables, en las cuencas de los arroyos. Con un mercado inmobiliario fuertemente depredador, los sectores populares, los más pobres, tuvieron como única posibilidad de entrar a la ciudad asentarse, construir sus precarias viviendas sobre los bordes de los arroyos. Si hacés un mapa, como el que tenemos en el Instituto del Conurbano, cruzando toda la red hídrica de la región metropolitana y las villas, salvo la villa 31 de Retiro, todas las demás están en el borde o muy cercanas a algún arroyo, con lo cual no es novedad su vulnerabilidad a la inundación.
-¿Existen diferencias en cuanto a las causas de las inundaciones ocurridas en La Plata y en la Ciudad de Buenos Aires?
-Las causas fueron exactamente las mismas, la diferencia en la gravedad es que en La Plata llovió bastante más por un efecto localizado de la tormenta. Pero en ambas ciudades faltan obras por hacer. Y quiero poner este tema de las obras faltantes en contexto. En los últimos 10 años se construyeron muchísimas obras, lo que pasa es que el pasivo que tiene Buenos Aires en materia de obras es tan grande que todavía se necesita mucho tiempo para poder completarlas.
-Las obras de infraestructura entran en el campo de la política pública, ¿también debería haber una política destinada a que las ciudades crezcan de manera ordenada?
-Por supuesto; en la política urbana es donde se nota más la ausencia del Estado, en el hecho de que históricamente Buenos Aires creció más a merced del mercado inmobiliario que como resultado de la aplicación de políticas públicas urbanísticas. Y acá es donde aparece el rol del urbanista y el motivo central por el cual en la Universidad se creó la primera carrera en urbanismo del país. Justamente, ese déficit de políticas públicas fuertes que orienten el proceso de crecimiento de la ciudad de manera sostenible desde el punto de vista ambiental y equitativo y desde el punto de vista social, es lo que hizo que la Universidad optara por crear esta carrera.
-¿Qué política pública directa es necesario implementar?
-Primero, hay una cuestión de construcción de obras que todavía está pendiente, pero la otra política pública es reformar los códigos y los planes de urbanización que tienen nuestras ciudades. Primero, desde una conciencia más firme de que ésta es una ciudad inundable. No tenemos conciencia de eso. Es como si me dijeran que un mendocino no tiene conciencia de que vive en una ciudad con terremotos. Nosotros tenemos que tomar conciencia de que vivimos en una ciudad con terremoto de agua, porque todos los años se inunda, un poco más, un poco menos, pero se inunda. Esa falta de conciencia está claramente emparentada con la falta de políticas urbanas. Entonces, una medida a implementar es reformar los códigos de planificación urbana. El código de la Ciudad de Buenos Aires dice que las dos áreas inundables de la ciudad son La Boca y el bajo Belgrano. Atrasa 150 años, porque hoy en día es inundable mucho más. Ahí hay una cuestión central para poder tomar decisiones muy fuertes en materia de reordenamiento de la ciudad.
-¿Se ve un crecimiento en los últimos años de urbanistas que trabajen vinculados a organismos estatales?
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-Sí, una cantidad de urbanistas ha estado trabajando, por ejemplo, en los proyectos de ley de desarrollo urbano nacional. Esta Universidad, junto con organizaciones populares, es la autora de la ley de Hábitat popular, que aprobó el año pasado la provincia de Buenos Aires. Eso se logró con urbanistas de la Universidad, con los barrios, con los sectores populares. Además, muchos de nuestros urbanistas inciden sobre algunas de las políticas de los municipios de los alrededores. Estamos incidiendo cada vez más, pero esto es una situación de conflicto permanente con un mercado inmobiliario que trata de ganar cada vez más dinero a costa de la catástrofe que hemos visto en los últimos días.