Científicos del departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, coordinados por los doctores Sergio Alemano y Guillermina Abdala, desarrollaron un inoculante que permitirá mitigar los efectos del estrés hídrico y aumentar la producción de los cultivos de girasol.
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Este novedoso producto mejora en forma notable los rendimientos del cultivo de girasol, es económico, ambientalmente amigable, con muy buen comportamiento en condiciones de sequía y no tiene sustitutos en el mercado mundial de inoculantes. Las potencialidades del producto desarrollado por los científicos locales adquieren mayor relevancia al considerar que según la Oil World 2020, la producción mundial de aceite crecerá un 62,7% para 2020. Además, entre el 65% y el 75% del grano producido en nuestro país se vende al exterior, principalmente en forma de aceite, y Argentina es uno de los principales exportadores del aceite de girasol del mundo.
Un inoculante es un concentrado de bacterias específicas que, aplicado en forma conveniente a la semilla poco antes de su sembrado, mejora el desarrollo del cultivo. Su empleo es una práctica agronómica reconocida en el mundo por sus beneficios productivos y económicos.
Según el doctor Sergio Alemano, este novedoso producto es un concentrado de bacterias con especificidad sobre el cultivo de girasol, desarrollado con el propósito de mejorar la implantación de las plántulas, mitigar los efectos del estrés hídrico y, en consecuencia, aumentar su producción tanto en condiciones adversas de disponibilidad de agua como en condiciones favorables. El estrés en el girasol provoca reducciones significativas en la cantidad de grano producido y en el contenido de aceite en grano. Las pérdidas pueden oscilar entre un 20% y un 80%, de allí la importancia de este producto generado en la Universidad pública que apunta a mitigar los efectos de la sequía y favorecer el aumento de la producción del cultivo de girasol.
Producto innovador
Alemano indicó a Argentina Investiga que “no existen en el mercado competidores directos porque las empresas del sector trabajan, en general, con inoculantes para soja, trigo, maíz y maní. En las grandes empresas la producción de inoculantes para girasol se encuentra recién en proceso de investigación y algunas inserciones comerciales a base del microorganismo Azospirillum sin éxito aparente”.
Por lo tanto, este producto cuenta con un importante nicho de mercado para ser comercializado y más aún si se considera que este inoculante destinado al girasol estará constituido por cepas de Bacillus pumilus y/o Acromobacter spp, aisladas del propio cultivo de girasol en condiciones de estrés hídrico.
“Este producto es innovador porque proporciona un microorganismo específico del cultivo de girasol, la bacteria Bacillus sp, y sus cepas tienen varias ventajas sobre otras bacterias biocontroladoras, ellas son más fáciles de cultivar y almacenar, las esporas pueden aplicarse como esporas sobre las semillas o como inoculantes, y promueven el crecimiento de la planta”, explicó el investigador.
Descripción del producto
El paquete tecnológico desarrollado en laboratorios de la UNRC consta por una parte de las cepas bacterianas de Bacillus pumilus (cepas SF3 y SF4) y Achromobacter xylosoxidans (cepa SF2) con especificidad sobre el cultivo de girasol, a partir de las cuales y por fermentación aeróbica -es decir, la asimilación de la materia orgánica por parte de microorganismos en presencia de oxígeno- en un medio de cultivo apropiado generan un inoculante, el cual aplicado a la semilla poco antes de su siembra, mejora el desarrollo del cultivo. Esta mejora pudo observarse en los estudios a campo realizados de manera conjunta entre el equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas con el INTA EEA Manfredi en tres sitios diferentes, alcanzando cuatro campañas agrícolas realizadas en la Estación Experimental del INTA Manfredi (Córdoba), por medio de las cuales se lograron incrementos en el rendimiento de granos por hectárea de hasta el 21.50% en la campaña 2008/2009 con respecto al testigo.
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El doctor Sergio Alemano dijo que en la actualidad están trabajando en otros productos que conformen un paquete tecnológico con el mencionado anteriormente y consistiría en el agregado de un bioestimulante de crecimiento formulado por el laboratorio y constituido por reguladores de crecimiento vegetal, que pueda agregarse en el momento de la siembra o adherido con el inoculante en semillas previamente peleatadas o pildoradas”, concluyó.