El Salix humboldtiana Willd, más conocido como sauce criollo, es una especie nativa que tapiza prácticamente toda América Latina, desde México hasta el norte de la provincia de Santa Cruz, en la Argentina. Se trata, a su vez, de una especie milenaria: su grupo filogenético tiene alrededor de treinta millones de años, a diferencia de los llamados sauces exóticos, provenientes de otros lugares, cuya antigüedad data de cinco millones de años.
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También era el único sauce que crecía en la Patagonia, hasta que la llegada de los primeros colonos, a comienzos del siglo XX, lo fue desplazando. Es justamente en este escenario, a lo largo de los valles de la región árida y semiárida del norte patagónico, donde un equipo de biólogos, ingenieros y demás profesionales de ciencias ambientales de UFLO Universidad se encuentra en pleno estudio de las dinámicas ecohidrológicas y metapoblacionales del bosque de Salix humboldtiana Willd.
Según los expertos, la restricción de nicho ecológico y hábitat del sauce nativo en relación a los exóticos, sumado a sus características biológicas, el uso del suelo y la dinámica del ecosistema ripario, condicionan su distribución y persistencia. Por esta razón se busca construir un modelo explicativo de la estructura de metapoblación de la especie en todas sus dimensiones poblacionales, dendrogeomorfológicas y reproductivas, que permita establecer medidas de manejo, conservación y restauración.
“Participamos anteriormente con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en un proyecto sobre restauración de sauces criollos y ahora queremos estudiar los aspectos biológicos de la especie para utilizar esos datos con el fin de su restauración”, explica a Argentina Investiga el biólogo Hernán López, director de la investigación e integrante del Laboratorio de Ecología de Bordes de UFLO Universidad.
–¿Puede considerarse al Salix humboldtiana Willd como una especie en peligro?
–La especie en sí no está en peligro de extinción porque tiene un rango de distribución geográfica muy amplia. Sí es vulnerable a nivel de poblaciones locales, ya que se reproduce principalmente por semillas, a diferencia de otras especies que lo hacen a través de fragmentación de las ramas, es decir, de un método asexual y de reproducción mucho más rápida. Las especies exóticas tienden a ser invasivas: van cubriendo el terreno y desplazan a esta especie nativa. Además, en el caso de los sauces criollos las semillas duran un día. Entonces, en ese transcurso tiene que tomar contacto con el agua de río y llegar a un ambiente favorable como un suelo arenoso para poder germinar. La realidad es que a veces los árboles están más lejos del río, por deforestación o por crecimiento de ciudades, entonces es posible que muera a las veinticuatro horas. De modo que las semillas tienen poca posibilidad de llegar al río. Y si llegara al río no encontraría un sustrato adecuado porque está ocupado por el resto de los árboles.
–¿Cómo puede revertirse esa situación?
–Estamos viendo la forma de reproducirlo de manera asexual. Diseñamos un dispositivo que llamamos “clonador” y que nos facilitó obtener árboles de manera asexual por estacas más rápido. Ese método ya se implementaba, pero se tardaba uno o dos meses en generar esquejes brotados. Con lo que desarrollamos, aproximadamente, a los quince días ya teníamos la planta con las raíces y los brotes. Luego lo pasábamos al sustrato y más tarde lo llevábamos a lugares para plantar.
–¿Cuál es el recorte territorial que tomaron en cuenta a la hora de realizar el estudio?
–El área de estudio es el curso medio y bajo del río Limay. Una de las tareas que hacemos es relevar los sauces existentes en el río, es decir, la población. Un grupo de individuos en un lugar forma una población. Lo que realizamos es un estudio ecológico de las metapoblaciones, que es un conjunto de poblaciones que están comunicadas entre sí. Para nosotros sería importante que se conecten para que los genes de una población puedan ir a la otra. Lo que estamos viendo es que muchas poblaciones están aisladas, y eso es muy complicado para la especie. Las poblaciones locales tienden a desaparecer, más si hay algún disturbio ambiental, si los cortan. Entonces, una parte del proyecto es ver cómo es la estructura de la población y otra es ver las características de la reproducción. Queremos ver cómo se conectan las poblaciones de aguas arriba con las de aguas abajo. El río es la vía de comunicación entre las poblaciones.
–Una vez detectadas las características metapoblacionales, ¿cúal sería la siguiente etapa?
–Otro aspecto que nos resta averiguar es la posibilidad de cruzarse con los sauces exóticos a nivel de la hibridación. Si este sauce se cruza con otro se va perdiendo la identidad genética de la especie. Primero reconocimos las especies, de las cuales encontramos once distintas de las que crecen en nuestro río. A partir de ahí analizamos cuándo florecía cada una y definimos un patrón de tiempo: por ejemplo, el sauce llorón florece primero que otros. Y determinamos que hay dos variedades que florecen al mismo tiempo que el sauce criollo, por lo que serían las candidatas para hacer la cruza. Debemos realizar las experiencias de cruzamientos para determinar la posibilidad que existe de hibridación.
–En ese caso, ¿qué sucede?
–El sauce criollo tiene un número de cromosomas diploide y los sauces exóticos tienen el doble, es decir, tetraploide. Siempre cuando se cruzan esa serie de características, los híbridos tendrían tres juegos de cromosomas. Generalmente no producen semillas, o abortan. Nosotros observamos semillas vacías que han abortado. Entonces tenemos que hacer esa experiencia de análisis para determinar que se debe a resultados de cruzamientos entre estas especies.
–De acuerdo a lo que avanzaron, ¿llegaron a alguna conclusión, al menos parcial?
–En cuanto al análisis de la estructura de metapoblaciones, vemos que muchas poblaciones están aisladas. Por otro lado, en base a cómo está la estructura pudimos determinar el modelo que pueden seguir estas especies en cuanto a las metapoblaciones, que es un modelo relacionado con el río. Todos los datos que obtuvimos de la biología reproductiva son interesantes para comprender cómo son las adaptaciones de esta especie, que está muy adaptada al ambiente acuático, tanto para el crecimiento como para la dispersión. Incluso, dadas las cuestiones históricas, está relacionada con los impulsos de inundaciones. En la actualidad esto se ha modificado, porque al construirse represas no sigue un ciclo natural. Lo que vemos es que la distribución de las plantas está relacionada con antiguas inundaciones y esta regulación del agua del río afecta ese ciclo. Nos queda analizar las cuestiones de biología reproductiva para ver el impacto de los sauces exóticos. Y hay que mencionar que estas plantas son dioicas, es decir, que tienen ejemplares masculinos y femeninos, entonces lo que vemos es el balance de cada sexo: cuánto hay de cada sexo en cada población, y eso varía dependiendo del tamaño o de la ubicación. Estos últimos aspectos son complementados con nuevos relevamientos.
–¿Cuál cree que es la notoriedad del abordaje que realizan sobre la especie? Una vez que cuenten con resultados más específicos, ¿presentarán alguna propuesta?
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–Este es el primer trabajo que se hace de una especie tan antigua del género a nivel de biología reproductiva y de metapoblación. Y tiene implicancia con los sauces exóticos, que son estudiados en diversas partes del mundo como plantas invasivas y demás aspectos. Se trata de comparar los datos con otras especies del género. Estamos analizando los datos que hemos obtenido para generar una guía de reconocimiento para otros investigadores que estudian los bosques y los sauces, una publicación de divulgación, y luego hacer algo más científico con las descripciones de cada especie y poder diferenciarlas a nivel taxonómico.