Nota

Universidad Nacional de Río Negro - Secretaría de Investigación, Desarrollo y Transferencia de Tecnología

07 de Junio de 2021 | 6 ′ 31 ′′

Primer estudio ambiental integral de la cuenca del río Negro

La Universidad Nacional de Río Negro concluyó el primer estudio científico integral sobre el “Estado Ambiental del río Negro”, realizado en simultáneo en distintos puntos georreferenciados. El estudio abarcó toda la cuenca y evaluó la química del agua (agua y material particulado en suspensión y sedimentos), peces y macroinvertebrados como indicadores ambientales.
Primer estudio ambiental integral de la cuenca del río Negro

Se relevaron 21 sitios en la cuenca (2 sobre el río Limay, 2 sobre el río Neuquén y 17 sobre el río Negro). Las campañas se realizaron durante el año 2018 en dos etapas, una en invierno y otra en primavera/verano. El estudio permite conocer el estado ambiental del río al establecer una línea de base para evaluar a futuro la evolución de los indicadores ambientales más relevantes.

Los sitios de muestreo fueron los más representativos de la cuenca, sobre los ríos Limay, Neuquén y Negro. Con rigor científico se tomaron las muestras, su conservación, su traslado, y su análisis en los distintos laboratorios de la Universidad Nacional de Río Negro, el Centro Científico Tecnológico (CENPAT) del Conicet en Puerto Madryn y la Universidad Nacional del Sur, donde fueron procesadas, de acuerdo con protocolos estandarizados (EPA 3540C y IOC Nº 20, UNEP, 1992). Los análisis se hicieron por cromatografía gaseosa capilar y espectrometría de masas (GC Hewlett-Packard 68906C/MS Hewlett-Packard 5972, adheridos al Sistema Nacional de Espectrometría de Masas).

El proyecto se llama “Estado Ambiental del río Negro” y fue desarrollado durante dos años, por un equipo integrado por 11 investigadores y 19 estudiantes avanzados de la UNRN, con la participación de dos investigadores de la Universidad Nacional del Sur y un investigador de la Universidad Nacional del Comahue.

El estado de la cuenca

Las principales conclusiones del estudio arrojaron que el río está lejos de ser un río muerto, sí puede considerarse un ecosistema impactado. La cuenca afronta una fuerte presión antrópica (acción de las actividades del hombre sobre el ambiente), producto de la concentración poblacional y el desarrollo de actividades agrícolas, extractivas e industriales. Tanto los compuestos clorados como los aromáticos persistentes medidos en este estudio dan cuenta del impacto ambiental, tanto actual como pasado, ubicando a las actividades frutihortícolas y de neta presencia humana (transporte vehicular, quema de pasturas y de combustibles) como las principales fuentes de origen.

Desde el punto de vista bacteriológico, los niveles de Escherichia coli y Enterococos detectados evidencian un constante ingreso de estos organismos al sistema. Se registraron As y Cu disueltos. Los niveles registrados son comparables a los obtenidos en otros ambientes costeros.

La presencia de poliaromáticos persistentes evidenció mayores concentraciones en Fernández Oro, Allen, Pomona y Carmen de Patagones, (aguas abajo de la desembocadura de la planta de tratamiento de efluentes urbanos) y la Isla La Paloma.

Los compuestos aromáticos persistentes (o poliaromáticos) son un grupo de sustancias químicas que se forman durante la incineración incompleta del carbón, el petróleo, el gas, la madera, la basura y otras sustancias orgánicas; se encuentran generalmente como mezclas complejas (por ejemplo, como parte de productos de combustión como el hollín). Algunos de estos compuestos se utilizan para la producción de tintas, plásticos y pesticidas. Otros se encuentran en el asfalto (carreteras y caminos), en el petróleo crudo, el carbón, el alquitrán o la brea. En general se encuentran en todo el medio ambiente en el aire, el agua y el suelo y pueden encontrarse en el aire, adheridos a partículas de polvo o como sólidos en el suelo o en los sedimentos.

Los compuestos clorados conforman un grupo de pesticidas artificiales desarrollados a principios del siglo XX. Fueron progresivamente prohibidos por las legislaciones de los distintos países: aldrín, clordano, dieldrín, endrín, heptacloro, HCH (hexaclorociclohexano), lindano, DDT, etcétera. Son organoclorados integrantes de la llamada “docena sucia” que engloba a aquellos pesticidas que más problemas ambientales han generado. En la actualidad, los organoclorados están prohibidos en la Argentina (a partir de dos legislaciones que datan de 1990 y 1998) y en casi todo el mundo y para casi todos los usos, debido a sus problemas de acumulación, a su alta estabilidad química (décadas), su gran estabilidad a la luz y su difícil degradación biológica.

Los aromáticos persistentes entran al medio ambiente principalmente a través de emisiones volcánicas (fuente natural), los incendios forestales, la quema de madera en los hogares y los gases de los tubos de escape de automóviles y camiones. También pueden entrar a las aguas de superficie a través de las descargas de las plantas industriales y las plantas de tratamiento de aguas residuales y pueden ser liberados a los suelos de los sitios de desechos peligrosos (derrames o leaching).

La evaluación de la calidad ecológica del agua, con el índice de macroinvertebrados, clasificó a algunos sitios con una calidad regular a mala, principalmente en Cipolletti, Fernández Oro (aguas abajo de la desembocadura del desagüe PII), General Roca (aguas abajo de la desembocadura del desagüe PV) y Chichinales (aguas abajo de la desembocadura del arroyo Salado).

En relación a la presencia de peces (fauna ictica), es crítica la composición comunitaria ya que la abundancia de especies exóticas e invasoras es muy alta, lo que implica disrupciones al ambiente.

La presencia humana sobre los sistemas naturales indudablemente genera un impacto en los recursos ambientales; impacto que puede ser cuantificado y debe ser controlado y monitoreado. La Universidad Nacional de Río Negro continuará con esta línea de investigación.

El proyecto fue coordinado por la licenciada Nathalia Migueles, Jefa del Departamento de Consultoría e Ingeniería, dependiente de la Secretaría de Investigación, Creación Artística, Desarrollo y Transferencia de Tecnología de la Universidad Nacional de Río Negro; y las direcciones de los subproyectos estuvieron a cargo de la doctora Mariza Abrameto (UNRN), el doctor Patricio Solimano (UNRN), el doctor Pablo Macchi (UNRN) y el doctor Andrés Arias (Universidad Nacional del Sur).

Colaboraron con el proyecto la Universidad Nacional del Sur, a través del Departamento de Química en el IADO, CCT-Conicet, Bahía Blanca; el CENPAT y la Fundación YPF.

Producción Periodística:
Rectorado

Responsable Institucional:
Paulina Andrés
Universidad Nacional de Río Negro

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