Desde tiempos remotos, diferentes investigaciones hallaron propiedades medicinales en el ajo, entre ellas, su efecto como importante antimicrobiano, antiparasitario y antiviral, así como la inhibición en la agregación plaquetaria y activación de la fibrinólisis en heridas e inflamaciones de la piel. Basándose en estos estudios, profesionales de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste lograron un extracto de este vegetal, efectivo para el tratamiento de heridas en animales y con eficiencia similar a otros productos comerciales de uso difundido. Después de varios estudios, lograron la incorporación del ajo en una fórmula farmacéutica, como pulverizador.
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“La obtención del extracto y la incorporación en una forma farmacéutica en pulverizador favoreció la aplicación en la piel lesionada, permitiendo una perfecta adhesión de la formulación en el área tratada”, señaló a InfoUniversidades la doctora Pamela Teibler, directora del equipo de investigadores de la cátedra de Farmacología que logró estos avances. La obtención de esta aplicación farmacéutica reviste importancia también en función de los bajos costos que implica la producción de ajo como agente farmacológico.
Según explicó la profesional, “el extracto de ajo purificado fue preparado al 3% en una forma farmacéutica llamada pulverizador, que permite la descarga superficial del producto que se dispersa en gotas relativamente grandes y habilita la administración tópica. El vehículo utilizado para la incorporación del extracto de ajo fue vaselina liquida”.
Teibler comentó que el ajo es considerado uno de los remedios naturales con mayores propiedades medicinales demostradas en estudios in vitro e in vivo. ‘In vivo’ significa que ocurre o tiene lugar dentro de un organismo, las pruebas con animales y los ensayos clínicos son formas de investigación in vivo. En este contexto, las pruebas que llevó adelante este grupo de investigadores fueron la aplicación en heridas de un felino. En tanto que in vitro “se refiere a los experimentos que se hacen con sustancias o microorganismos en el laboratorio, en probetas, tubos, matraces y placas de cultivo, pero no en organismos humanos o animales”, señaló la veterinaria.
Entre los principios activos del ajo se encuentran Fructosanas (75%), Aceite esencial (garlicina, aliina o sulfoxido de alilcisteina que hidrolisada por la aliinasa prodice alicina, responsable del característico olor del ajo, que rápidamente se transforma en disulfuro de alilo), pequeñas cantidades de vitaminas (A, B1, B2, B6, C), adenosina y sales minerales (hierro, sílice, azufre y yodo). El objetivo del trabajo de los investigadores fue estandarizar la técnica de extracción del aceite esencial, concentrar el extracto y determinar su actividad antibacteriana in vitro para, posteriormente, darle una forma farmacéutica adecuada y utilizarlo en ensayos clínicos y evaluar la actividad cicatrizante in vivo.
Los extractos fueron obtenidos por maceración simple, que consiste en colocar 20 gramos de ajo fresco, despojado de sus envolturas y machacado en mortero, utilizando como solvente 100 ml de alcohol de 80°. Se dejó macerar durante 8 días a temperatura ambiente, bajo agitación continua. Del mismo modo, otra muestra de 20 gramos fue envuelta en papel de filtro y dispuesta dentro del extractor de soxhlet, constituyendo la extracción continua en caliente. Se realizaron ambos procesos por triplicado. Los extractos fueron concentrados por rotaevaporación, con lo que se logró obtener el extracto blando. Con el peso de la cantidad de este último se calcularon los porcentajes de rendimiento promedio para cada combinación.
La actividad antimicrobiana in vitro sobre bacterias aisladas de heridas se determinó por pruebas de difusión en agar, con el uso de pocillos y discos impregnados con el extracto y para definir la concentración inhibitoria mínima; se utilizó la técnica de diluciones seriadas en caldo de cultivo.
El extracto fue aplicado a un felino de sexo macho entero, de 9 años de edad que exhibía en la parte inferior lateral izquierda de la región cervical una herida contaminada del tamaño aproximado de 15 cm. El paciente fue tratado durante 18 días con la aplicación de extractos con la ayuda de una gasa estéril con una frecuencia de 2 veces al día, observándose disminución del proceso inflamatorio y presencia de tejido de granulación.
Los resultados de la actividad antimicrobiana in vitro revelaron que el extracto de ajo tiene una potente actividad antimicrobiana sobre bacterias patógenas que están presentes en heridas infectadas. El seguimiento del caso clínico reveló que durante el período de tiempo observado (18 días), la herida no reveló en ningún momento características que hicieran sospechar infección; esto evidenció lo reportado sobre la actividad in vitro. El tiempo de cicatrización de la herida se vio notablemente reducido con el preparado de extracto de ajo.
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La doctora Teibler mencionó que las pruebas continúan desarrollándose sobre otros animales con heridas, obteniéndose excelentes resultados en la utilización del preparado del extracto del ajo. “La fitoterapia puede resultar una herramienta importante y una opción económica para los profesionales veterinarios”, sostuvieron los investigadores como conclusión del trabajo realizado.