La fitorremediación implica el uso de plantas y árboles para absorber contaminantes del suelo.
La contaminación del suelo es uno de los principales problemas que afecta a nuestro mundo y acarrea consecuencias de gran impacto. Según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 95% de los alimentos que consumimos a diario son cultivados y cosechados en la tierra, que muchas veces se transforma en el basurero a cielo abierto del hombre.
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Los metales pesados son de los contaminantes más complicados. Cargan con el peso de la fama de los “no remediables”. Dado que no se biodegradan, se acumulan en los tejidos de las plantas, en las aves y en los de los animales, que pastan. Además, pueden llegar al agua subterránea, que luego, si no hay un proceso de purificación apropiado, es bebida por las personas en sus hogares. Metales pesados como el plomo, cromo, cadmio y el arsénico son algunos de los que pueden encontrarse en la superficie, y que contaminan los alimentos que llegan a nuestras mesas. Muchas actividades económicas del hombre generan residuos que contienen una amplia gama de metales. Alguna de ellas son la industria del cuero (curtiembre), del combustible (nafta), metalúrgica (cromado), química (pesticidas domésticos y agronómicos) y la minería (aguas de procesamiento y lavado de los minerales), entre otras. La cercanía a estas zonas industriales aumenta la probabilidad de exposición a estos contaminantes y de encontrarlos en el suelo, el aire y el agua.
Los procesos para limpiar los suelos, por ejemplo el lavado químico, son costosos e impiden que la tierra pueda reutilizarse para plantaciones. Sin embargo, existe un método amigable para limpiar el suelo conocido como fitorremediación, que a través del uso de plantas y árboles absorbe parte de los metales del suelo y lo limpia, sin afectar su fertilidad para futuros cultivos. Además de favorecer al medioambiente, la fitorremediación se caracteriza por su bajo costo y su fácil operatoria. La vegetación utilizada no es inusual ya que pueden utilizarse las mismas plantas que se encuentran en una huerta doméstica. Cuando finaliza el proceso de recuperación de metales, las plantas deben manipularse y tratarse como productos peligrosos para que luego los metales acumulados sean separados y transformados en insumos industriales.
En algunos sitios del mundo como Estados Unidos, Canadá y Bélgica, este método se ha popularizado, pero en nuestro país su desarrollo es aún incipiente, a pesar de sus beneficios. En el Instituto de Tecnología de UADE un grupo de docentes y alumnos identifica especies vegetales que demostraron poder reducir la cantidad de plomo acumulado en la tierra. Los resultados preliminares indicarían que la cebolla de verdeo, la remolacha y el orégano reducen entre un 80% y un 90% el contenido de plomo en suelos y aguas, y podrían utilizarse para firorremediación.
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Desde hace cuatro años, el 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo, como un medio para centrar la atención en la importancia de un suelo sano y abogar por la gestión sostenible de sus recursos. La fitorremediación es un proceso que combina estos criterios por lo que es importante generar redes de investigación y trabajo para que este método esté presente a la hora de recuperar el ambiente.