Los hinchas participarán de un experimento científico.
El tiempo subjetivo es la vivencia que cada uno tiene del paso del tiempo cronológico (aquel que medimos con el reloj). Aunque podría pensarse que 30 segundos transcurren igual para todos, las personas lo viven de distintas maneras. Es por esto que un equipo de investigación del laboratorio de Cronobiología analiza cómo influyen los factores emocionales en la estimación del tiempo.
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El grupo de científicos estudia cómo funciona el reloj biológico de los seres vivos. “A nosotros nos interesa el tiempo subjetivo; lo estudiamos hace rato en animales, pero nos interesa también en humanos porque es una cualidad inconsciente que necesitamos todo el tiempo para funcionar, para aprender, para prestar atención y, además, en muchas enfermedades donde hay fallas en el tiempo subjetivo”, explicó a InfoUniversidades el doctor Diego Golombek, director del proyecto “Cronos. Regulación de los ritmos biológicos” y del laboratorio.
El tiempo subjetivo se altera en determinadas condiciones estresantes o emocionales, por ejemplo, el tiempo se altera al final de un partido de fútbol y por eso los investigadores buscan estudiar la percepción subjetiva del tiempo cuando los hinchas ven que su equipo gana o pierde. Si un hincha ve que su equipo va ganando, deseará que el partido se acabe rápido para que el rival no invierta el resultado. Se supone que esa ansiedad por ganar y ver terminado el partido hará que su percepción del tiempo sea que pasa más lento.
En el caso de este experimento, la idea es medir intervalos de tiempos breves y ver cómo afectan las emociones a la percepción del tiempo. En este sentido la doctora Patricia Agostino, investigadora del laboratorio, sostiene que, sabiendo que hay factores emocionales que afectan la percepción del tiempo que dependen de neurotransmisores como la dopamina, podría tratarse de un mecanismo similar porque también es una forma emocional que afecta al hincha en la percepción del tiempo.
La dopamina está muy involucrada en cómo percibimos intervalos cortos de tiempo y cómo ciertos factores afectan o modulan la estimación subjetiva. “Hay un montón de experimentos realizados a partir de la modulación de los niveles de dopamina que llega a estas regiones, que hacen que el reloj interno se acelere o se desacelere”, explicó Agostino y agregó: “Hay algunos estudios publicados acerca de qué neurotransmisores se alteran en el cerebro cuando cambia la percepción subjetiva del tiempo. Sin embargo, como este experimento en particular (el de los hinchas) no se hizo nunca, no sabemos todavía qué es lo que sucede en el cerebro, ya que pueden incidir varios factores”.
Para obtener esta información se diseñó una encuesta donde los hinchas de fútbol que concurren a un partido contestan algunas preguntas. El experimento se centra en el corazón de un partido: la cancha de fútbol colmada de hinchas de un equipo. La encuesta es a través de Internet. A los hinchas no se los entrevista ni tienen que concurrir al laboratorio. Tampoco es un experimento con seguimiento ni los científicos van a la cancha. Simplemente, les pidieron a quienes van a ver un partido que experimenten, registren los datos y luego los vuelquen en una página online (http://cronos.unq.edu.ar/).
La encuesta es masiva y espera obtener resultados de más de mil hinchas de fútbol. “Este es uno de los ingredientes que a mí me gusta más y es lo que se llama ciencia ciudadana: convocar a la gente para que participe de un experimento y se lo apropie; que entienda qué está haciendo y no sea sólo dadora de datos, sino que reflexione por su cognición y participe del experimento. Después le contaremos los resultados”, dijo el director.
El experimento es muy sencillo: el que asiste al partido de fútbol debe estar con un amigo que mida el tiempo con un cronómetro. Uno experimenta el paso del tiempo según su percepción y el otro chequea y anota. El hincha debe estimar treinta segundos mientras un amigo larga un cronómetro y mide el tiempo con reloj. “El que estima el tiempo sin reloj dice ‘ya está’ y el amigo con cronómetro o segundero anota cuánto estima el otro que son treinta segundos”, explicó Golombek. La medición se realiza dos veces durante el partido, una al principio y otra cuando está por terminar el juego.
Los voluntarios deben dejar otros datos como la edad, el género, si el equipo iba ganando o perdiendo cuando se hicieron las estimaciones de tiempo, a cuántos minutos del partido se tomó la medición, si eran locales o visitantes, posición en la tabla del campeonato, todos datos que servirán para determinar el contexto y las expectativas del hincha.
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El experimento ayudará a entender cómo funciona la percepción del tiempo relacionada con alteraciones que se manifiestan en enfermedades. “Básicamente, sabemos que en determinadas enfermedades neurales, mentales, psiquiátricas, hasta neurológicas, se altera la percepción del tiempo. El tiempo subjetivo es diferente para una persona que está en una fase maníaca, una enfermedad depresiva, o una que tiene Parkinson. El tiempo también es modulado por las emociones en estas enfermedades. Es así que esto puede darnos una línea de base en personas normales frente a situaciones estresantes y emocionales y después veremos a qué nos lleva eso en situaciones patológicas. En principio, nos alcanza con ver qué pasa en las situaciones normales y cotidianas de una persona que va a la cancha de fútbol, faltan cinco minutos y su equipo gana o pierde”, explicó Golombek.