Para generar conciencia sobre la preservación del ecosistema y con las tortugas marinas como insignia, la Universidad Nacional del Sur creó el Centro de Rescate de Tortugas Marinas “Quelona”, que funciona en el marco del Departamento de Biología Bioquímica y Farmacia. Recientemente, fue habilitado por la Dirección de Flora y fauna del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, y es el primero del país que logra un reconocimiento oficial de este tipo, además de ser el único que funciona en el ámbito de una universidad.
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Según explicó el veterinario Luciano La Sala a Argentina Investiga, uno de los integrantes, además de la rehabilitación y la reintroducción de tortugas marinas en el estuario local, se estudian temas relacionados con el comportamiento, la conservación y la ecología de los entornos donde habitan estas especies.
Otra de sus integrantes, la guardaparque Lucrecia Díaz detalló que las tortugas marinas son una especie emblemática de la zona, acerca de la cual mucho se desconoce. El estuario de Bahía Blanca es la región más austral en la que pueden localizarse, a pesar de que son especies tradicionalmente asociadas con las aguas cálidas, como el Caribe. En la zona suelen habitar tres especies: la tortuga laud (dermochelis cairácea), la tortuga cabezona (caretta caretta) y la tortuga verde (chelonia mydas). La primera es poco frecuente, la segunda es de presencia más ocasional, y la tercera es muy frecuente.
“Hay mucho desconocimiento, la gente no sabe que acá hay tortugas marinas, pero aunque no se vean, están ahí, frente al puerto de Bahía Blanca. Esto es un trabajo también social porque queremos que la sociedad sepa que existen y que están amenazadas, sobre todo por la presencia de plásticos en el agua. La tarea es generar conciencia para la conservación no sólo de estas especies sino de todo el ecosistema costero y marino regional”.
Para su actividad, el Centro interactúa con la comunidad de pescadores artesanales de la región, quienes reportan la captura con sus redes; y con localidades costeras, que también informan el avistamiento de tortugas en las playas. Los participantes del ente reciben al animal y se trasladan a la UNS, donde se realiza su cuidado y rehabilitación para su posterior reintroducción en su hábitat. El Centro está compuesto por cuatro profesionales y un grupo de voluntarios.
En la rehabilitación, además, se toman muestras para diferentes estudios que se realizan en organismos como el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, que depende de la UNS y el Conicet) o el Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero (INIDEP), entre otros, tendientes a ampliar el conocimiento de estas especies que se encuentran amenazadas a nivel mundial.
“Para el Departamento esta habilitación provincial es muy importante, no sólo porque le da un marco formal a los profesionales y a los voluntarios, sino que también resalta la tarea que realizan y que después se traslada a los alumnos en temas como el interés por la conservación de la fauna marina o el cuidado del medio. También es una forma de mostrar los aspectos legales de la profesión del biólogo, en su trabajo con organismos de regulación y control”, valoró la doctora Gabriela Murray, decana de Biología, Bioquímica y Farmacia.
A fines de enero de 2023 llegó al Centro “Balicita” una tortuga cabezona
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–caretta caretta, por su nombre científico– rescatada en la costa de La Baliza, de la provincia de Río Negro, y nombrada así por esa razón. Tras cuatro días de rehabilitación y estudio, fue liberada en la costa de Villa del Mar.