Ruinas del Shincal de Quimivil.
El estudio está orientado a evaluar el avance de la erosión hídrica que causa severos daños en el sitio arqueológico del Shincal de Quimivil, ubicado en el Departamento Belén, al norte del poblado actual de Londres. “Al lugar se accede por la quebrada del río Quimivil, y se halla emplazado en un valle cerrado típico de la precordillera, en un sector llamado Sierra de Quimivil. Su clima es semiárido con precipitaciones irregulares, violentas y torrenciales”, comentó a InfoUniversidades la doctora Niz, a cargo de la investigación.
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Si bien en el lugar se implementan acciones técnicas específicas para la preservación y manejo de los restos arqueológicos que han sido recuperados durante excavaciones, no existe ningún plan que se oriente a la preservación respecto de la afluencia turística, la presencia de animales y el impacto de los agentes metereológicos, en particular, de la actividad fluvial.
En este sentido, la investigadora señaló que “la actividad del agua de lluvia afecta a las superficies debido a la erosión que provoca en forma de salpicadura, la que luego evoluciona en escurrimiento laminar, circula por la superficie y arrastra el material suelto más fino, para, por último, formar surcos. Cuando aumenta el volumen o velocidad de la escorrentía, se origina el carcavamiento, que erosiona y se profundiza, formando cárcavas profundas”. Vale aclarar que el carcavamiento es un fenómeno de erosión hídrica que por infiltración y escurrimiento superficial va degradando el suelo hasta formar grandes surcos, formando túneles subsuperficiales y hundimiento del suelo, a la vez que las áreas afectadas quedan desprovistas de vegetación.
Otro factor importante es la presencia de ctenomys opimus, también conocidos como “ocultos o ultutucos”. Éstos realizan cuevas internas que a veces se intercomunican y ofrecen una vía de ingreso y escurrimiento que colapsa frente al tránsito humano y animal.
El objetivo de la investigación fue generar una propuesta concreta de recuperación y control de las cárcavas de mayores dimensiones que son las que afectan en forma directa a las estructuras. En esta línea, se reconocieron y cartografiaron cinco cárcavas grandes, “en dos de ellas se procuró detener el avance de forma precaria. También se cartografiaron tres vías de escurrimiento superficial principales en el interior de la Plaza, que alimentan las tres cárcavas ubicadas al norte del asentamiento. Éstas en general escurren de sur a norte, su ancho es de 5,0 metros en la cabecera de cárcava y su profundidad varía entre 4,00 y 5,50 metros; el fondo es irregular. Evidencian un avance rápido, ya que en un período de más o menos 60 días se extendieron unos 0,45 metros. En este caso fue muy importante tomar medidas inmediatas debido a que la cabecera de cárcava se encuentra a sólo 10 metros de la pirca que representa la plaza que rodea la sección central del sitio”, informó la investigadora.
En función de diseñar estrategias para el control de las cárcavas, los especialistas elaboraron cartografía en la que se detalla información acerca del sitio en general con las estructuras afectadas, crearon un modelo de elevación digital del área, además de una carta planialtimétrica de cada cárcava. También caracterizaron geomorfológicamente la zona y analizaron datos para la determinación de vías de escurrimiento y el comportamiento de cada cárcava.
La propuesta de estrategias de corrección y control de cárcavas del grupo de investigación hace hincapié en la aplicación de métodos de la bioingeniería y fue con este fin que diseñaron un tratamiento integral que combina obras hidráulicas, estructuras mecánicas y repoblación vegetal con especies autóctonas.
La propuesta incluye la incorporación de las variables que intervienen en el proceso erosivo. Es decir: aislamiento físico -cercado perimetral para evitar el ingreso de animales; control del agua subsuperficial para aliviar la presión ejercida por las fluctuaciones del nivel freático y las aguas que escurren por debajo de la superficie del suelo, con el objeto de preservar las obras realizadas y favorecer la repoblación vegetal; control del agua de escorrentía, para poder controlar así el desplazamiento del agua que forma surcos y canales dirigidos hacia la cabecera de la cárcava contribuyendo a la erosión; remoldeo del terreno; construcción de obras correctivas transversales, que complementen el relleno de cárcava y provoquen el proceso de sedimentación para la retención de los sedimentos debidos al desgaste del suelo; favorecer la reconstrucción y recuperación del terreno e incorporación de material vegetal.
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Si se tiene en cuenta la condición perecedera de las obras, la trascendencia histórica y turística del sitio y la importante inversión económica que implica la recuperación de las áreas afectadas por el carcavamiento, es necesario diagramar un sistema de monitoreo y control del comportamiento de las obras y del suelo en relación con las variables climáticas y el impacto de la actividad del hombre, en función de prolongar su vida útil y comprobar el funcionamiento efectivo de las medidas adoptadas.