La lucha contra las enfermedades de la pobreza es desigual, porque los afectados no disponen de recursos para costear los tratamientos, y principalmente porque los inversores privados tienen poco estímulo para desarrollar medicamentos.
Ante esta realidad, la iniciativa impulsada por la OMS de crear una base de datos de acceso gratuito para facilitar la investigación sobre enfermedades de los países en desarrollo aparece como muy auspiciosa. Algunas de las patologías que se cuentan en la base son: chagas, tuberculosis, malaria, leishmaniasis, la enfermedad del sueño, esquisostomiasis y filariasis. El saldo del conjunto de estas infecciones y parasitosis -para las que existen pocas opciones terapéuticas- es de más de seis millones de muertes por año.
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El IIB-UNSAM es el único instituto de un país en desarrollo que participó en la creación y puesta en marcha de la base de datos. La Red que colaboró en la conformación del proyecto incluye a las universidades de Pensilvania y de Washington en Seattle (Estados Unidos); el Instituto Sanger (Gran Bretaña); y la Universidad de Melbourne (Australia). “Estoy muy entusiasmado con el impacto que puede tener esta base de datos, al abrir nuevos caminos para el descubrimiento de drogas”, comentó Fernán Agüero a InfoUniversidades, un joven investigador del IIB que dirigió el equipo argentino. “Desde el IIB contribuimos con el diseño y la ingeniería del sistema. A través de este esfuerzo de cooperación vamos a tener la oportunidad de desarrollar nuevos tratamientos para nuestros ciudadanos y para otras personas en el mundo”, agregó.
La base de datos provee información sobre posibles “blancos” de los agentes que causan estas enfermedades. Es decir, pistas clave acerca de dónde y cómo se los podría atacar. Se puede diseñar una droga que bloquee el gen, afectando la actividad del patógeno, pero que no tenga ningún efecto adverso sobre el paciente que tome ese medicamento.
Este trabajo aprovecha los resultados de esfuerzos anteriores, como los que llevaron a la secuenciación de genomas de los patógenos involucrados en estas enfermedades. El hecho de conocer en detalle los genes de estos organismos es equivalente a tener su identikit y su modus operandi: así es más sencillo analizar cuál es la mejor manera de "ponerlos tras las rejas".
La base de datos presentada en Ginebra es el resultado del trabajo de la Red de Priorización de Blancos para Drogas. El coordinador del proyecto, Wesley Van Voorhis, de la Universidad de Washington, explicó que es la primera vez que se reúne tanta información sobre un número tan importante de enfermedades, que incluyen males provocados por bacterias o por parásitos. Con esta red, creada en 2005, colaboran otros grupos y empresas como Pfizer e Inpharmatica, que "mapearon" los genes de los patógenos contra sus bases de datos que tenían genes viables farmacológicamente.
“Las compañías farmacéuticas están cada vez más interesadas en probar sus “bibliotecas químicas” contra blancos de patógenos. Pero la realidad es que hasta ahora no se había realizado un listado completo de estos blancos”, dijo Solomon Nwaka, líder del área de Descubrimiento de Drogas de la OMS.
Lo interesante es que esta base de datos, que concentra información proveniente de muchas fuentes, permite que cada grupo de científicos pueda buscar el tipo de información que le resulte más útil, de acuerdo con su línea de trabajo. “Este sitio posibilita que los investigadores prioricen blancos para posibles drogas de acuerdo con criterios que tengan en cuenta los recursos de sus programas”, explicó David Roos, del Instituto de Genómica de la Universidad de Pensilvania.
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Agüero, del IIB, ya está pensando en cómo seguir: “Queda todavía mucho trabajo por hacer. En el futuro cercano vamos a incluir información sobre los blancos y drogas que están siendo evaluados en distintos centros, y vamos a extender la cobertura a otras enfermedades como el dengue, la filariasis y la esquistosomiasis”.