Los aceites Omega o aceites esenciales, son un tipo especial de grasas que el organismo no puede producir y que suplantan a las “grasas malas”. Este proceso reduce los riesgos de contraer cáncer, asma y arteroesclerosis, entre otros padecimientos.
Al alojar un gen de girasol en una planta de experimentación, científicos obtuvieron cultivos que son menos atacados por los insectos. Ese mismo transgén ya había mostrado conferir tolerancia a la sequía.
Sólo el 1% de las bacterias produce enfermedades. El resto, cumple funciones útiles como ayudar a digerir alimentos, producir los huecos del queso gruyere y hasta ser protagonistas de los ciclos de la naturaleza. La bioremediación, el proceso en el que se emplean organismos biológicos para resolver problemas medioambientales, es otro de los usos.
Un equipo de investigadoras de la UNC analiza las características clínico-epidemiológicas de la infección por virus papiloma humano (VPH) en personas ...