Las picaduras de escorpiones ya se cobraron la vida de muchos niños.
La proliferación de escorpiones en gran parte de la provincia de Catamarca y el incremento de los accidentes producidos por la picadura de los mismos, motivó que desde la cátedra Diversidad Animal I, a cargo de la docente investigadora Lic. Liliana Salas, junto con alumnos y docentes del Departamento de Biología y del Departamento de Tecnología Educativa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCa, se desarrollara un proyecto sobre escorpiofauna y escorpionismo, con el propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes.
En este proyecto se están formando recursos humanos en un tema tan preocupante para la salud y calidad de vida de las personas, ya que cuando un ser humano es picado (en especial si se trata de un niño) puede correr riesgo su vida.
Las actividades giran en torno a tres ejes: por un lado, se está relevando la escorpiofauna de Catamarca a fin de conocer su diversidad y distribución, para luego elaborar un mapa destacando las zonas de riesgo por la presencia de Tityus trivittatus. Por otro lado, se difunden medidas de prevención y de cómo actuar y a dónde concurrir en caso de estos accidentes.
Este proceso de investigación también contribuye a través de la provisión de escorpiones de la especie Tityus trivittatus, para la producción de suero en el Instituto Malbrán (Buenos Aires), ya que esta problemática no sólo es de Catamarca, sino que está generalizada en casi toda la Argentina, por lo que resulta importante contribuir con material biológico para la producción de suero.
Accidentes en alza
Los accidentes producidos por escorpiones aumentaron también en otras provincias del país, cobrándose la vida de muchos niños.
En 2007, en toda la provincia de Catamarca se registraron 812 accidentes, siendo los departamentos Capital (472 casos), Valle Viejo (197 casos) y Capayán (35 casos) los más afectados. En lo que va de 2008, ya suman 308 casos.
El grupo etario donde se observó la mayor ocurrencia de accidentes fue el de los niños menores de 14 años.
“Una persona picada es un número más para las estadísticas, pero desde una perspectiva más humana, y en especial si el accidentado es un niño, representa para él y su familia dolor, miedo, estrés, la aflicción de todo un grupo familiar y social. Un niño fallecido por la picadura de un alacrán es mucho más que un número en los registros de vigilancia epidemiológica, y esto es lo que entendemos los investigadores que tratamos de dar respuestas desde nuestras resoluciones científicas a una problemática real que aflige a toda una sociedad”, aseguró la docente e investigadora Lic. Liliana Salas.
Cuando se analizan las historias clínicas de los accidentados surge como problemática la falta de identificación del ejemplar que produjo el accidente. “Esto es de singular importancia debido a que hasta el momento sólo se cuenta con el antiveneno para Tityus trivittatus, que se produce en el Instituto Malbrán de Buenos Aires. De esto se desprende la necesidad de entrenar a la población en el rápido reconocimiento del escorpión (u otro artrópodo) que produjo el accidente, lo que asegurará un pronto, adecuado y efectivo tratamiento”, agregó la investigadora de la UNCa.
Zonas de ataque
Los alacranes no distinguen entre varones o mujeres, niños o adultos; aparecen durante todo el año, siendo más frecuentes en las épocas estivales y son de hábitos antrópicos, por lo que pueden aparecer en casas residenciales o en viviendas precarias; para estos casos la influencia territorial es diversa tanto como las condiciones de vida, que en general se asocian a grupos de escasos recursos económicos y de una precaria calidad de vida.
Las actividades que se desarrollan son: relevamientos a campo de arácnidos: alacranes, arañas, solífugas, opiniones. Talleres para el reconocimiento de arañas y escorpiones de importancia médico-sanitaria. Prevención de accidentes producidos por arácnidos y otros artrópodos potencialmente peligrosos para la salud del hombre, para lo cual se elaboró y distribuyó folletería, afiches, trifolios, cartillas, y hasta se emiten micros radiales.
Además, se capturan escorpiones de las especies Tityus trivittatus y Tityus confluens para ser enviados al Instituto Malbrán, destinados los primeros a la producción de suero y los segundos para estudios toxicológicos. Otra actividad que se desarrolla, es la elaboración de un mapa en donde se marcan las potenciales zonas de riesgo por la presencia de Tityus trivittatus, en donde deben actuar las autoridades competentes teniendo en cuenta los datos y aportes realizados por los investigadores y expertos en estos temas.
Los accidentes producidos por escorpiones aumentaron en todo el país.