Dr. Daniel Linares.
Daniel Linares, doctor en física, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales de la Universidad Nacional de San Luis, explicó las implicancias que tendrá el experimento científico más ambicioso de la historia que intentará identificar partículas desconocidas hasta hoy.
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“El proyecto busca recrear los momentos inmediatamente posteriores al Big Bang, a partir de provocar colisiones de partículas a velocidades cercanas a la de la luz. De estos grandes y potentes choques resultarán partículas, algunas nunca observadas. De manera que podrán verse de forma experimental circunstancias similares al momento posterior al Big Bang, lo que permitirá corregir y corroborar las teorías cosmológicas existentes y conocer más sobre el nacimiento del universo”, señaló Linares a InfoUniversidades.
Y agregó que “de este experimento van a surgir una cascada de partículas desconocidas, pero se intenta, sobre todo, encontrar una partícula que hasta ahora no ha sido detectada denominada el Bosón de Higgs (o “partícula de Dios”). La teoría nos dice que se necesita mucha energía para que aparezca, similar a la que se produjo con la explosión del Big Bang”.
Las pruebas realizadas con la máquina de Dios “pueden convertirse en una bisagra para la ciencia, por lo que hay mucha expectativa entre los científicos. Aunque las posibilidades de choques de partículas no son muy altas, se concretó la alternativa de realizar muchas pruebas que permitan muchas colisiones y para poder así confirmarlas estadísticamente”.
En cuanto a los cuestionamientos filosóficos y religiosos que surgieron a raíz de este experimento, Linares opinó que “no debe existir una contraposición entre la ciencia y la religión. Cada uno tiene su propio campo de conocimiento o investigación. Para un religioso que cree fervientemente que Dios creó al mundo, ¿en qué se contrapone que haya habido un Big Bang?”.
Este proyecto, que comenzó a gestarse hace casi 20 años, reúne a más de 7.000 científicos e ingenieros de diversos países del mundo, 500 universidades y apoyo económico y científico de más de 30 países. Ha sido objeto de muchas críticas y acusaciones, entre las que se encuentran las de un grupo de científicos que el año pasado trató de impedir su arranque y denunció ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, que la “Máquina de Dios” podía generar agujeros negros, capaces de “atrapar” la Tierra y hacerla desaparecer en su interior. Esta denuncia fue desestimada y rechazada por la comunidad científica mundial.
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El doctor Daniel Linares indicó que estas versiones sobre la formación de un agujero negro generado por la energía de choque puede calcularse. El agujero negro que se podría formar sería extremadamente pequeño, cientos de miles de millones de veces más pequeño que un átomo, por lo que no puede considerarse riesgoso. El experimento es seguro y está controlado, ya que se lleva a cabo a 100 metros de profundidad bajo tierra en la frontera franco suiza.