Gestión de residuos en el Gran Mendoza: el 13% de los plásticos vuelve al circuito productivo
La contaminación por plásticos es un problema ambiental a escala global que preocupa y desafía a toda la comunidad científica. Así lo demuestra un estudio reciente de investigadores de la UNCUYO que logró determinar que en los departamentos del Gran Mendoza se producen a diario 167 toneladas (t) de residuos plásticos, de las cuales 21,8 t son material recuperado para reciclaje.
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“Estamos hablando de una tasa de recuperación del 13,3 %, es decir, son más de 21 toneladas de plástico que a diario vuelven al circuito productivo”, explicó a Argentina Investiga el ingeniero civil Juan Pablo Ojeda, integrante del Centro de Estudios de Ingeniería de Residuos Sólidos (CEIRS) de la Facultad de Ingeniería. Ojeda forma parte del grupo de investigación junto a la docente e investigadora Irma Mercante, la becaria doctoral del Conicet y docente Clarisa Alejandrino, la investigadora y docente Julieta Chini y el estudiante de Ingeniería en Mecatrónica Mariano Cereda. Todos son miembros del CEIRS.
A comienzos de 2021, este equipo se planteó medir la tasa de recuperación de residuos plásticos en la zona metropolitana de Mendoza mediante un indicador de efectividad. “Desde la fecha de realización de este trabajo, la tasa de recuperación siguió en aumento por la ampliación de la cobertura territorial y la incorporación del Centro Verde de Luján de Cuyo al sistema de gestión de residuos metropolitanos. Por eso, esperamos que este estudio pueda repetirse sistemáticamente a lo largo del tiempo, así se generaría una base de datos útil para la toma de decisiones de políticas públicas. El mismo procedimiento puede replicarse y extenderse a todas las fracciones de residuos. Por eso, creemos que el impacto repercutirá en una mejor gestión de residuos”, aseguró Ojeda.
Para diagnosticar la situación actual, los investigadores encararon un relevamiento de los programas de recuperación y una estimación de las cantidades generadas y recuperadas cada día en la metrópolis mendocina. Lo hicieron en pleno contexto de pandemia, cuando las actividades relacionadas con el uso del laboratorio se vieron interrumpidas. Fue una labor que incluyó la recopilación de antecedentes y la realización de entrevistas y relevamientos, utilizando datos de distintas fuentes.
Un dato que también destaca el estudio es el rol clave que tiene la educación de la ciudadanía. “La capacidad de procesamiento de los materiales reciclables es limitada, y cada vez que llega una bolsa con los residuos equivocados a una planta de clasificación se dificulta la posibilidad de reciclar el plástico, los metales, el vidrio y el cartón. Se requiere tomar conciencia de que detrás de las cifras hay familias que subsisten gracias a los ingresos generados por esta tarea”, apuntaron los investigadores.
Como recomendación final, sugirieron continuar monitoreando la efectividad de los programas y sumar a aquellos municipios que aún no han implementado políticas tendientes a recuperar sus residuos plásticos, además de complementarse con evaluaciones económicas y ambientales (ACV-CCV) de los distintos programas, lo que abre las puertas a líneas de trabajo futuras.
Mendoza se compromete con el reciclaje
Para estimar la cantidad de residuos plásticos generados en el Gran Mendoza, el equipo de investigación tomó en consideración los datos de generación de RSU, a partir de proyecciones del INDEC, basadas en cifras del último Censo de 2010, y además por la composición típica de los residuos que se disponen en el Borbollón (el relleno sanitario que recibe los residuos de esa zona) obtenida por un estudio de caracterización. Los investigadores pudieron determinar que se generan 167 toneladas diarias de residuos de plástico en esos departamentos.
En un segundo momento, se ocuparon de relevar los programas que en la actualidad buscan recuperar estos residuos sólidos reciclables. “Ya habíamos recorrido las distintas organizaciones de recuperadores, clasificadores y recicladores que funcionan en la Provincia. Por eso, queríamos incluir el tema de las políticas públicas, a través del estudio de los programas que han implementado los municipios en el último tiempo, analizando puntos de recepción y acopio de residuos, programas de recogida selectiva domiciliaria, puntos móviles, ecocanje y plantas de clasificación de residuos secos reciclables. Sumando lo recuperado en el sistema formal municipal e informal, así como de iniciativas particulares apoyadas por los municipios, como es el caso de Botellas de Amor, llegamos a la estimación de que, a diario, se recuperan 21.800 kg de plástico”, dijeron desde el equipo.
Una vez conocido el dato de la cantidad de material que se recupera a diario, el equipo pudo saber cuánto plástico sigue descartándose en el relleno sanitario. Afirmaron que son 145 toneladas y que lo no reciclado es un desafío para seguir trabajando en aumentar la recuperación y reducir lo que, históricamente, siempre se llevó a vertedero.
Sobre este punto, explicaron que en Mendoza existen algunas plantas de reciclaje, tanto privadas como municipales (como es el caso de Junín) y que como el reciclaje es en sí mismo una actividad económica, el destino del material recuperado varía según la oferta y la demanda. “Típicamente el reciclaje se realiza triturando, lavando, clasificando el material para elaborar pellets de un tipo de plástico puro, que luego son usados como materia prima en la fabricación de nuevos productos. En el caso de Junín, se elaboran ladrillos para la construcción, y en Maderas Plásticas Mendoza, se fabrican postes y otros productos a partir del plástico que ellos mismos reciclan en colaboración con el municipio”, señaló Ojeda.
Es sabido que la recolección formal convive con la informal, es decir, aquella realizada por personas en forma paralela al sistema de recolección municipal y que dependen de la recuperación de residuos para su subsistencia. Con distintas iniciativas se busca su incorporación al sistema formal y su organización bajo figuras como la de las cooperativas. En relación con la cuestión social de estos trabajadores, el ingeniero civil mencionó: “Se está trabajando por formalizar la actividad y dar condiciones justas para los trabajadores, en materia de higiene y seguridad, derechos laborales, educación, capacitaciones técnicas, y salud”.
Otros detalles del trabajo
Hace pocos meses, el estudio fue compartido con los referentes municipales en formato taller, donde se intercambiaron opiniones y se discutieron los resultados, y el equipo quedó atento a futuras posibilidades de trabajo en conjunto. “Agradecemos a los gobiernos municipales por haber brindado los datos en forma abierta y transparente. Esperamos que los programas propuestos, que aún son muy nuevos, se afiancen y sigan creciendo”, confió Ojeda en nombre del equipo.
A su vez, un artículo fue presentado en el IX Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos, realizado en Panamá por REDISA, del 20 al 23 de septiembre pasado, con el título “Situación de los programas de recuperación de residuos plásticos en el Área Metropolitana de Mendoza, Argentina”. Su publicación se plasmará en un libro de actas que está actualmente en edición.
Por otro lado, cabe señalar que es un trabajo que se inscribe en una investigación de mayor alcance que el equipo viene realizando hace más de cinco años, bajo la dirección de Irma Mercante, enfocada en alternativas de valorización de residuos plásticos en la Provincia. “Las posibilidades de reciclaje son varias, y en eso también estamos trabajando para generar alternativas locales para la elaboración de elementos constructivos”, indicaron. La investigación continúa hasta fin de año con los diferentes proyectos que la componen, entre los que se están realizando ensayos experimentales para el reciclaje de estos residuos.
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Por tratarse de un tema que los organismos de Ciencia y Tecnología han incorporado como estratégico y que resulta una preocupación por parte de toda la comunidad científica, la línea de investigación consta de varios proyectos, entre los que se destaca el financiamiento de un proyecto bienal y de becas para estudiantes que otorgó la Secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado (SIIP) de la UNCUYO; un proyecto de vinculación financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) y dos becas doctorales del Conicet.