La Casa de Trejo y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) formalizaron a través de un convenio las acciones de cooperación que llevan adelante desde hace años. En una conferencia brindada en el Museo de Antropología de la UNC, el equipo de científicos informó que llevarán adelante un "análisis genético masivo".
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Los investigadores del EAAF, que se desempeñan como peritos oficiales en el marco de la causa de averiguación de antecedentes de enterramientos clandestinos en Córdoba, que lleva adelante el Juzgado Federal Nº 3 de Córdoba, a cargo de la jueza Cristina Garzón de Lascano, remitieron al laboratorio Bode, en Estados Unidos, 595 restos óseos que corresponderían a víctimas del régimen de facto, junto con 2.082 muestras sanguíneas de familiares de desaparecidos entre 1974 y 1983. Estos materiales serán procesados para la obtención de perfiles genéticos que permitirán verificar de manera inequívoca si los cuerpos encontrados pertenecen a personas asesinadas por razones políticas.
El EAAF es una organización científica no gubernamental que aplica conocimientos y técnicas de la antropología forense para identificar a víctimas de las violaciones de los derechos humanos.
El trabajo constituye una de las líneas centrales de la "Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas", que desde 2007 impulsan conjuntamente el EAAF, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala y el Equipo Peruano de Antropología Forense. Se trata de un proyecto regional destinado a incrementar la recuperación de la identidad de los restos hallados, compartir experiencias entre los grupos de trabajo y optimizar recursos humanos y financieros.
El avance del proceso fue presentado el lunes 11 de agosto de 2008 en una conferencia de prensa que integrantes del EAAF ofrecieron en el Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). La presentación, en la que participaron Anahí Ginarte, miembro del EAAF, Carlos Vullo, director científico del Laboratorio de ADN del EAAF, y el vicerrector de la UNC, Gerardo Fidelio, también sirvió para anunciar la instalación de un laboratorio de análisis genéticos masivos en Córdoba y difundir el convenio que la Casa de Trejo rubricó con esa organización humanitaria.
Sobre este último punto, el acuerdo no sólo permitirá la formación de recursos humanos universitarios dentro del grupo que conduce los estudios filiatorios, sino que abre el espacio para la colaboración de especialistas de la UNC en las diversas tareas implicadas en la recuperación de los restos.
Nuevo laboratorio para análisis masivo de ADN
Se instalará en Córdoba un laboratorio de genética forense especializado en el procesamiento masivo de muestras, lo que potenciará sustantivamente la capacidad operativa del grupo.
Las expectativas apuntan a que el material que se recolecte en el futuro sea ya examinado en el nuevo espacio del EAAF, en lugar de ser girado al exterior. Por lo pronto, este centro ya incorporó parte de la infraestructura tecnológica necesaria -secuenciadores y cuantificadores de ADN en restos óseos- y prevé ser puesto en funcionamiento a fines de 2008.
Según explicó Carlos Vullo, la intención es que el espacio no esté restringido al trabajo en Argentina, sino que se abra la comunidad a través de la formación de recursos humanos procedentes de otros países.
El valor de la investigación histórica
Luego de repasar de manera detallada la historia del EAAF, Ginarte puso en valor la importancia de la investigación histórica en la labor del grupo. "Es una tarea muy lenta y artesanal. Tenemos que reconstruir lo que ocurrió con una persona para poder elaborar una hipótesis sobre la identidad de los restos que extraemos". Este trabajo se vale de los informes médicos de las víctimas, como registros odontológicos y radiografías de quebraduras que pueden aportar sus allegados. Sólo una vez que se logra construir una hipótesis, la muestra ósea es analizada en el laboratorio de ADN que conduce Vullo y cotejada con las muestras de sangre de los posibles familiares. Esto se debe al elevado costo del examen.
El paso del tiempo impone mayores dificultades, porque los familiares van perdiendo los documentos clínicos y los hospitales no poseen registro sobre ellos. A esto se agrega que el grueso de los desaparecidos eran jóvenes, normalmente sanos y con escasas probabilidades de que sufrieran enfermedades en los huesos que dejaran marcas suficientes para su posterior reconocimiento.
Ante este panorama, las comparaciones masivas de restos óseos con líneas sanguíneas a partir de los análisis de ADN abre un nuevo horizonte en las investigaciones del cuerpo científico (ver Nuevo laboratorio...). No obstante, para poder realizar el proceso de contrastación, además de las pruebas obtenidas de los enterramientos clandestinos es fundamental disponer de muestras de sangre de los familiares de los desaparecidos. Para ello, el EAAF impulsa desde fines de 2007 un banco de sangre en todo el país que funciona en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Tanto las extracciones como las entrevistas se receptan bajo compromiso de confidencialidad, para brindar las máximas garantías de reserva sobre la información recabada.
Respecto al intercambio que el grupo humanitario mantiene con la UNC, Ginarte agradeció el espacio físico cedido, así como la participación del personal universitario y los estudiantes en las tareas del grupo. También valoró el apoyo de especialistas de diversas disciplinas, que participaron de manera desinteresada en las diversas tareas que requirió su conocimiento.
Al mismo tiempo, informó sobre una línea de trabajo que su equipo viene transitando desde hace un tiempo: la prospección de sitios de entierro clandestino en los predios de la guarnición militar de La Calera, una superficie aproximada de 10 mil hectáreas.
"Es una tarea en la que geólogos, arqueólogos, geofísicos y demás científicos de la Casa de Trejo han participado gratuita y desinteresadamente", remarcó.
A su tiempo, Fidelio agradeció la confianza del equipo de científicos en la UNC y puso a su disposición todas las fortalezas de la casa de altos estudios. Afirmó que su tarea es un claro ejemplo de interacción de tecnología, ciencia y sociedad. Y bregó para que se sumen más familiares de los desaparecidos al banco de sangre.
Convocatoria
Uno de los objetivos de la presentación realizada en la UNC fue lanzar una convocatoria abierta a familiares de desaparecidos que todavía no han sido localizados, para que se sometan a una extracción que nutra la base de datos del Banco de Sangre.
En Córdoba, quienes deseen participar pueden contactarse con la oficina del EAAF en el Museo de Antropología, calle Hipólito Yrigoyen 174. Teléfono: (0351) 433-1058, interno 309. Correo electrónico cordoba@eaaf.org
En Buenos Aires y el resto del país, llamar a la línea gratuita 0800-333-2334, o al teléfono: +54 (11) 4951-8547 . Correo electrónico: eaaf@eaaf.org.
En New York, Estados Unidos, pueden conectarse con la oficina del EAAF. Teléfono: (1) 718- 237- 2028. Correo electrónico: ny.office@eaaf.org
Más información en la página web: www.eaaf.org
Sobre el Equipo Argentino de Antropología Forense
En 2003, el grupo inició contactos con el Lidmo, un laboratorio de análisis genético dirigido por Carlos Vullo que comenzó a realizar exámenes individuales de ADN.
Comenzó a trabajar en Argentina en 1984, con el objetivo de individualizar a las personas asesinadas durante la última dictadura, aportar pruebas científicas a la Justicia, y ayudar a la reconstrucción histórica del pasado. En los últimos cinco años, el equipo procesó 400 restos óseos y logró recuperar la identidad de un centenar de ellos.
Inicialmente su labor se fundamentó en el análisis de fichas odontológicas y registros médicos que acercaban los familiares de las personas desaparecidas para contrastarlos con la evidencia surgida de los exámenes practicados sobre los cuerpos exhumados. Con el desarrollo de técnicas capaces de generar perfiles genéticos, a partir de 1992 fue posible obtener ADN de los restos, lo cual abrió un nuevo panorama para su trabajo de campo.
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Desde sus comienzos, el grupo humanitario trabajó en fosas comunes en Buenos Aires, Capital Federal, Rosario y La Plata, entre otros lugares. En 2002 una delegación del EAAF arribó a Córdoba y al año siguiente ya trabajaba en una fosa común del cementerio de San Vicente, donde se recuperaron 135 esqueletos. Cabe aclarar que sobre éstos, el equipo trabaja para discernir entre las víctimas del terrorismo de Estado y los indigentes que fueron inhumados allí clandestinamente. Hasta el momento, ya se logró identificar 14 cuerpos.