El estudio indicó que las mujeres en hogares con responsabilidades de cuidado infantil poseen los peores niveles de participación laboral.
Del diálogo teórico que establecieron investigadoras argentinas entre el estructuralismo latinoamericano, los estudios de género, la economía feminista y la economía del cuidado, surgió un nuevo aporte para pensar las desigualdades económicas de género en América Latina.
> Leer también: Tucumán impulsa la investigación local.
Que las mujeres en hogares con responsabilidades de cuidado infantil poseen los peores niveles de participación laboral con efectos sustantivos en la posibilidad de contar con ingresos que favorezcan su autonomía económica es una de las primeras conclusiones que arrojó esta investigación centrada en los países de Argentina, Chile y Uruguay durante el año 2017.
Según explicó a Argentina Investiga Virginia Alonso –socióloga de la UNCUYO y una de las autoras del trabajo– la brecha de género en la tasa de participación en hogares sin infantes (entre 0 y 5 años) oscilaba entre el 10 y el 17%, pero en los hogares con infantes esa brecha se duplicó. “Para ese año, los tres países registraron elevadas cifras en esta brecha, pero la Argentina se presentaba como el más desigual, con el 34,8%, y le siguen Chile, con el 29,3%, y Uruguay, con el 22,6%”, detalló.
Las especialistas se propusieron abordar la organización social del cuidado y la heterogeneidad estructural como dos fuentes cruciales del fenómeno en América Latina. “Buscamos empujar un camino de análisis que permita ir integrando aspectos relativos a la producción y a la reproducción, para lograr explicaciones más complejas de una desigualdad que anuda dinámicas de perpetuación variadas. En este sentido, el trabajo procuró ofrecer evidencia renovada para informar a las políticas públicas, y también al activismo feminista que busca incidir sobre ellas, a la vez que intenta crear y sostener conciencia social en favor de transformaciones estructurales”, enfatizó la socióloga.
El trabajo, del que también son autoras la politóloga de la UNCUYO Gabriela Marzonetto y la economista de la UBA Corina Rodríguez Enríquez, se realizó en el marco de la convocatoria del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) “Los nudos críticos de las desigualdades de género en América Latina y el Caribe”. A su vez, gracias al apoyo del premio que les otorgó ese Consejo, las investigadoras plasmaron los resultados en el libro "Heterogeneidad estructural y cuidados. Nudos persistentes de la desigualdad latinoamericana".
Más conclusiones para el debate
La investigación también develó que el cruce con la otra fuente crítica de la desigualdad (heterogeneidad estructural) implica que la situación económica de las mujeres ocupadas pertenecientes a estos hogares empeore si se insertan en el sector informal, tanto por los ingresos como por las condiciones laborales. “En relación a los ingresos mensuales, las brechas de género al interior de los hogares con infantes giraban en torno al 40% para las personas que se encontraban ocupadas en el sector informal, con valores iguales al 40,7% para la Argentina, 38,5% para Chile y 46,4% para Uruguay. Es decir que, por ejemplo, en la Argentina las mujeres que pertenecían a estos hogares y trabajaban en el sector informal percibían ingresos laborales mensuales menores a los ingresos de los varones (en la misma situación) en un 40,7%”, subrayó Alonso.
Agregó, además, que las mujeres ocupadas del sector informal no gozarían de igual manera que las ocupadas en el sector formal de la protección legal contra la discriminación, ni de los mecanismos que facilitan la conciliación entre la vida familiar y el empleo (licencias, hora de lactancia, jardines de infantes en establecimientos, etcétera) ni de los ingresos necesarios para desfamiliarizar el cuidado.
Por otro lado, comentó que las políticas de cuidado analizadas, destinadas a la población en situación de vulnerabilidad social en los tres países, si bien podrían actuar como facilitadoras de la conciliación de la vida familiar y laboral, aun con grandes matices entre los países, en general se muestran insuficientes para favorecer la participación laboral femenina de estos sectores (esto se ve tanto cuando se examina el diseño como la cobertura de esas políticas).
Por último, en relación a las diferencias entre los casos nacionales analizados, la investigadora dijo que se comprobó que al año 2017 la Argentina presentaba los peores indicadores y Uruguay los mejores en términos de menor desigualdad, tanto en los indicadores laborales como en la lectura de las características del diseño de la política de cuidado para la población vulnerable y su nivel de cobertura.
Un libro para pensar las desigualdades en clave regional
Heterogeneidad estructural y cuidados… se propone rescatar y proponer enfoques conceptuales y metodológicos especialmente fructíferos para comprender las desigualdades económicas de género en América Latina, así como examinar algunos de los nudos menos explorados del fenómeno.
Más específicamente, la obra indaga en las implicancias de la organización social del cuidado y de la heterogeneidad estructural como fuentes de configuración de esta desigualdad en países que han tomado, en materia de políticas de cuidado, trayectorias diferentes: Argentina, Chile y Uruguay.
Cabe señalar que, el capítulo donde se analiza el caso uruguayo estuvo a cargo de la economista Soledad Salvador, máster en Economía e investigadora del Área Desarrollo y Género del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo (CIEDUR) de Uruguay, y consultora de distintos organismos internacionales.
En la convocatoria que realizó CLACSO, las autoras y coordinadoras del libro fueron seleccionadas, con el aval de la Secretaría de Investigación y Publicación Científica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO, dentro de un grupo de 173 postulaciones pertenecientes a distintos países latinoamericanos.
Quienes deseen pueden descargar el libro de forma libre y gratuita en https://www.editorialteseo.com/archivos/19312/heterogeneidad-estructural-y-cuidados/
Quiénes son las investigadoras
Virginia Noemí Alonso es licenciada en Sociología (UNCUYO) con premio a la mejor egresada, posee una diplomatura en Estudios Avanzados en Política y Economía (UNSAM) y es doctora en Ciencias Sociales (UNCUYO). En la actualidad, desempeña su labor de investigación postdoctoral en el INCIHUSA-Conicet.
Gabriela Lucía Marzonetto es licenciada en Ciencia Política y Administración Pública (UNCUYO), magíster en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo (UNSAM/Georgetown University) y doctora en Ciencia Política (UNSAM). Es becaria postdoctoral del Conicet con sede en la UNCUYO.
Corina Rodríguez Enríquez es economista (UBA), máster en Políticas Públicas (Institute of Social Studies, Holanda) y doctora en Ciencias Sociales (FLACSO, sede Argentina). Es investigadora independiente del Conicet con sede en el CIEPP y miembro del Comité Ejecutivo de Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una Nueva Era (DAWN). Es titular de la cátedra de Economía y Género en la UBA y consultora de agencias de Naciones Unidas.
> Leer también: Eduardo Galeano, “Doctor Honoris Causa”.
Para más información, consultar en www.uncuyo.edu.ar/prensa/categorias/index/divulgacion-cientifica