Convocada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por su sigla en inglés) la doctora Ana Carolina Ronda -docente de la Universidad Nacional del Sur, de Bahía Blanca, e investigadora del Conicet- participó varias semanas de una campaña a bordo del impactante buque Maersk Launcher, junto a otros 25 científicos y científicas de ocho países. Se realizó en la zona del océano Pacífico conocida como Clarion Clipperton, entre México y Hawai.
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El objetivo fue estudiar la fauna y la flora marinas, las propiedades fisicoquímicas del suelo, los microorganismos y otros datos, ya que se trata de un área de alto interés por tener nódulos polimetálicos que, para numerosos especialistas, representan la fuente más limpia de metales para baterías del mundo. Estos nódulos son sedimentos formados por capas concéntricas de hidróxidos de hierro y manganeso que crecen a partir de un núcleo, generalmente microscópico. Pueden ser por restos fósiles de dientes de tiburón, coral, fragmentos de basalto o pómez, etcétera.
“Varias compañías internacionales quieren extraer minerales y se apunta a que el impacto ambiental sea el menor posible. De allí que se busque conocer la zona, antes que la mano del hombre empiece a meterse en la minería submarina. La convocatoria fue de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, porque son aguas internacionales. Por eso llaman primero a los científicos para analizar qué es lo que hay y hasta dónde pueden llevarse a cabo esas explotaciones”, contó Ronda entrevistada por Argentina Investiga.
“Fue un honor que me hayan seleccionado. Se trataba de una convocatoria específicamente para mujeres dedicadas a las ciencias marinas, ya que el equipo científico de 26 participantes estaba integrado por 13 varones y 13 mujeres”, explicó la doctora Ronda, quien investiga en el Instituto Argentino de oceanografía (IADO), dependiente de la UNS y el Conicet, y es docente en el Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de esa casa de estudios.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos es una organización internacional autónoma establecida en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982. Su misión es organizar y controlar las actividades de exploración y explotación de los recursos en los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional. “La ISA busca promover el rol de las mujeres en las ciencias marinas y oceanográficas, ya que la participación en campañas largas para las mujeres es más compleja. Muchas no se animan o no pueden por lo que significa tener que organizar su casa y su familia durante todo ese tiempo ausente”, contó.
En la campaña, que tuvo lugar del 4 de mayo al 17 de junio “todos estábamos organizados en diferentes turnos y con diferentes tareas. Se manejaron equipos muy complejos, de imágenes, de análisis de fauna, de sedimentos, con tecnología muy de avanzada”, detalló. “En el grupo de Geoquímica tomábamos muestras de sedimentos del fondo marino y las preparábamos para determinar sus propiedades fisicoquímicas: granulometría, compuestos, presencia de metales y otros parámetros. No se hicieron prácticamente análisis a bordo sino preparación de muestras para trabajar en laboratorios de tierra firme”.
El Maersk Launcher es un barco de bandera danesa perteneciente a la compañía Maersk Supply Service. Tiene casi cien metros de eslora y es frecuente que participe en campañas ambientales oceanográficas.
“Me gusta la ciencia desde los seis o siete años”, contó la investigadora. “Durante mis primeros diez años de investigación me dediqué a la ciencia básica en bioquímica y biología molecular, hasta que, por un interés personal de volcar mis conocimientos en la investigación aplicada y mis preocupaciones por el medio ambiente, especialmente el marino, decidí hace seis años dar un giro en mis investigaciones, orientándome a la conservación y la sustentabilidad. Estudio biomarcadores de contaminación en diferentes organismos, principalmente marinos y su relación con diferentes contaminantes como compuestos orgánicos persistentes, metales pesados y microplásticos”, agregó.
“Es la primera vez que tengo la oportunidad de participar en una campaña de estas características y fue una experiencia profesional fantástica. Ya había participado en otras más cortas, de días o alguna semana, pero nunca en una de dos meses en un lugar tan lejano”, valoró. Como evaluación de su experiencia, Ronda ponderó que “estas campañas también son muy importantes porque podemos ver que los egresados y quienes somos investigadores en la UNS estamos al mismo nivel que especialistas del primer mundo. Los jefes científicos se quedaron muy conformes con mi desempeño en la campaña, y eso fue un gran orgullo”.
La campaña forma parte de un programa de estudios en la zona llevado a cabo por la firma The Metals Company. Esta empresa -nacida en 2021 a través de la fusión de DeepGreen y Sustainable Opportunities Acquisition Corporation- se dedica a la producción de metales a partir de rocas polimetálicas para propulsar vehículos eléctricos. Su objetivo es generar metales reutilizables para minimizar el impacto ecológico de la minería. La zona de Clarion Clipperton es considerada uno de los depósitos conocidos más grandes del planeta de nódulos polimetálicos, muy necesarios para la industria energética sustentable.
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En los últimos años TMC ha completado más de diez expediciones a la zona Clarion Clipperton que, según la propia empresa, brindaron información crucial para su protección. Los estudios que llevan adelante representan una inversión superior a los 75 millones de dólares y son el mayor programa de investigación en ciencias oceánicas realizado en el área.