Bajo el concepto de sustentabilidad, un grupo de investigadores de la UNQ, en conjunto con trabajadores de otras instituciones, se propone entender la dinámica de los procesos biológicos en el suelo en sistemas de siembra directa. Con el proyecto “Biología del suelo y producción agraria sustentable”, en 2007, obtuvieron un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, en el marco de los proyectos de áreas estratégicas.
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Ahora, los diferentes equipos se abocarán al análisis del suelo desde distintos enfoques y con una batería de técnicas que van desde la determinación y el análisis de variables ambientales y medidas físicas del suelo hasta el análisis molecular metagenómico. “Participan científicos que estudiarán, con un enfoque metagenómico, ciertas funciones biológicas que ocurren en el suelo, analizarán los hongos micorrícicos; las bacterias, la bioquímica y la microfísica del suelo; es decir, al suelo como si fuera un gran organismo vivo”, explica el Dr. Luis Wall, director del proyecto.
La idea es hacer un análisis del suelo para revelar aquello que no es posible descubrir en laboratorio. Se pretende avanzar en el conocimiento de su biología y los procesos relacionados al estado nutricional del suelo, el desarrollo de cultivos y su productividad. Pero también surgirán muchos aislamientos bacterianos que servirán para la fabricación de nuevos inoculantes para aplicación en el agro.
“También se van a generar indicadores de calidad del suelo que se van a poder usar para establecer criterios de arrendamiento o de valoración de los suelos, y que van a contribuir a los procesos de certificación de prácticas agrícolas”, señala Wall.
Los investigadores trabajarán con suelos del sur de la provincia de Córdoba, la zona más productiva del país. Estos suelos tienen distintos orígenes, historia de uso y diferentes niveles de productividad. Los conocimientos que se obtengan a partir de las investigaciones servirán de referencia para utilizarlos en suelos que están más degradados. “La potencialidad de este proyecto es que el mismo esquema después se pueda aplicar a otras situaciones”, subraya.
El monto total para desarrollar el proyecto es de $ 4.500.000 -dinero que se utilizará para equipamiento, recursos humanos y funcionamiento- y el plazo para ejecutarlo es de cuatro años
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Además de la UNQ, participan del consorcio, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa; el Instituto de investigaciones en Ingeniería genética y Biología molecular; la Fundación Instituto Leloir; las universidades nacionales de Buenos Aires, La Plata, Córdoba, de Nordeste y del Sur; la Universidad Católica de Córdoba; el Instituto de Suelos del Centro de Investigación en Recursos Naturales (INTA); Rizobacter Argentina S.A y La Lucía S.A.