Un equipo de científicos de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) lleva adelante un proyecto de investigación cuyo objetivo reside en emplear moléculas presentes en el agua y en el suelo con capacidad para biorremediar su ambiente. Se trata de organismos que conviven con los seres vivos de forma permanente, básicamente bacterias, hongos y levaduras.
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Estas moléculas se utilizan en detergentes y en productos de la industria cosmética y farmacéutica. Los/as expertos/as apuntan a usarlas para remediar lugares contaminados con metales pesados en aguas desechadas por industrias, aguas de río y suelos. El objetivo es que las moléculas se unan a los metales pesados y contribuyan a extraerlos del lugar para minimizar la toxicidad que puedan producir las altas concentraciones.
En la actualidad, existen estas moléculas a nivel de síntesis química, es decir que son artificiales. Se utilizan en procesos de biorremediación pero como contrapartida, también son tóxicas. El objetivo de los investigadores es buscar productos naturales de origen microbiano para reemplazar esta síntesis química y que no produzcan toxicidad.
Las moléculas se encuentran en microorganismos presentes en el ambiente, es por esto que se analizan el suelo, el agua y los alimentos. “Nosotros aislamos microorganismos ambientales y analizamos cuáles son los que producen estas moléculas (…) Una vez que encontramos la molécula le realizamos todos los análisis de toxicidad”, señaló a Argentina Investiga la directora del proyecto, doctora Liliana Villegas.
Parte de las muestras que ya son estudiadas en el Laboratorio de la UNSL provienen del río San Luis y del río La Carolina. “Realizamos una búsqueda en lugares que ciertamente ya están contaminados de forma natural o en forma artificial por las industrias”, sostuvo Villegas y añadió que se trata de microorganismos que poseen resistencia por vivir en lugares extremos.
Transferencia a la sociedad
El propósito es que estas moléculas puedan emplearse en el tratamiento de un efluente antes de que la industria lo vuelque a un río, o bien, utilizarlas en suelos donde ya haya contaminación y así inmovilizar el agente que contamina y evitar que pase a las plantas. “Si estas moléculas tóxicas pasan a las plantas ocasionarían problemas de salud para las personas y/o los animales que consuman ese vegetal”, indicó la científica.
En el plano industrial, una empresa láctea de Villa Mercedes les abrió la puerta a los/as científicos/as de la UNSL quienes recogieron muestras en el lugar porque también es común encontrar estas moléculas en lactobacillus, una bacteria que elabora ácido láctico.
El proyecto recibirá más de tres millones de pesos para su ejecución en un plazo de cuatro años. En ello trabajan microbiólogos/as, químicos/as, expertos/as en agricultura, biotecnólogos/as, nutricionistas y fisicoquímicos/as.
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El eje de nutrición es aplicar estos microorganismos en los alimentos porque son conservantes naturales. “La idea del proyecto es hacer todas las evaluaciones de citotoxicidad para saber a qué industria nos conviene derivarlo, si a una alimentaria o quizás a las actividades de agricultura”, concluyó la doctora Villegas.