En los últimos años, una importante cantidad de residuos de origen urbano, industriales o agroindustriales fueron reutilizados en la producción, y el sector de la construcción se transformó en un destino alternativo para aquellos que no pueden volver al ambiente en forma sustentable. A raíz de ello, el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) de Villa María comenzó a planificar el desarrollo de viviendas sustentables y los investigadores del Centro de Investigaciones y Transferencia (Conicet-UNVM) se constituyeron en asesores para el uso de tecnologías de aplicación. Desde allí se focalizaron en el recupero del agua, la utilización de paneles térmicos y energías renovables, y la construcción con materiales reciclados.
En ese marco, la investigadora Mariana Gatani impulsa una iniciativa basada en el desarrollo sustentable a partir de una mirada innovadora, accesible y cuidadosa del ambiente. Desde el Instituto de Ciencias Sociales propone generar materiales para la construcción con cáscaras de maní e impulsar la producción sustentable de las trabajadoras de la Cooperativa 20 de Octubre.
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“Fuimos desarrollándolos en pos del gran marco que es la eficiencia energética y los proyectos de vivienda eran sometidos a programas de simulación informática para hacer prospectiva del desempeño y los consumos, y aplicar nuestros materiales consistentes en placas de cáscaras de maní en revestimientos y cielo raso”, cuenta a Argentina Investiga.
La elaboración de algunos componentes se realizó con el aporte de la empresa Maglione Hermanos, de la localidad de Las Junturas, y cuando el IMV les demandó la realización de dos mil placas consiguieron las prensas para trabajar con la cooperativa de mujeres y se abrió “la posibilidad de aplicar el conocimiento científico” que habían desarrollado.
El trabajo consiste en procesar las cáscaras de maní en un tamizado para eliminar el polvo y las partículas finas; luego se homogeneiza con una resina libre de compuestos orgánicos volátiles (y así evitar el olor de las resinas industriales), se compacta con una prensa en alta presión y temperatura, y finalmente se mejoran los bordes y se aplican en componentes para construcción.
“Las placas tienen buenas propiedades de aislación térmica, con un índice de conductividad bastante interesante que lo hace apto para revestimiento de muros internos, tabiques y también cielo raso”, dice Gatani. Otros aspectos a destacar es que los bloques son ignífugos y “muy estéticos”, ya que las cáscaras no se trituran y, al aplastarlas, ofrecen texturas naturales de colores ocre, marrón y amarillo, como característica diferenciadora de las placas de madera.
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A finales del año 2016, la Municipalidad de Villa María inauguró un Vagón Cultural en barrio Las Playas -ubicado al sureste de la ciudad de Villa María- producto del reciclado de una estructura de ferrocarril abandonada. El espacio está dotado en su interior con dos baños y un amplio espacio, donde se dictan talleres culturales. Según la investigadora, el revestimiento de un sector del Vagón “opera como panel demostrativo”, que aportó el equipo junto a las luminarias, mesas y portalápices de material sustentable. “Ahora trabajamos en un proyecto para instalar una línea de producción con la Cooperativa 20 de Octubre, conformada por mujeres de Villa María que elaboran losetas y bloques de concreto, y vemos que será una alternativa para diversificar su trabajo y generar un oportunidad de empleo”, afirma.