Durante los últimos años, ha cobrado creciente interés el estudio acerca de la contaminación con microplásticos en los ecosistemas, tanto marinos como de aguas continentales. En distintas partes del mundo se comprobó la presencia de estos fragmentos de plástico, menores a cinco milímetros, en los tractos digestivos de los peces y nuestras costas no son la excepción.
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Investigadores de la Universidad de Belgrano, a cargo del doctor Marcelo Morales Yokobori, director del proyecto, con el apoyo de Mundus maris (organización belga comprometida con el desarrollo sustentable de la pesca), analizaron muestras aportadas por los socios que concurren a la sede central del Club de Pescadores de Buenos Aires, en Costanera Norte.
Tras el sacrificio eutanásico de los ejemplares capturados se procedió a la extracción de los tractos digestivos completos, los cuales fueron digeridos en peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) a baño maría durante varios días, con el fin de dejar intactos solo materiales resistentes a dicha digestión, como los microplásticos. Una vez concluido este proceso, cada muestra procesada fue filtrada a través de membranas de nitrato de celulosa que permitieron la retención de varios tipos de partículas. “Utilizando un estereoscopio, pudimos observar pequeñas fibras, como se muestra en la figura, predominantemente de color azul, rojo y algunas transparentes, en las tres especies estudiadas. Por la textura, el color y el tamaño de estas microfibras, estimamos que podrían resultar de origen sintético, habiendo sido utilizadas en la confección de telas para la manufacturación de prendas de vestir” aseguró Yokobori.
Además, observaron otros fragmentos pequeños, de distinta geometría, cuya resistencia a la digestión, sus formas y colores sugieren que también podrían ser de origen plástico. “Hasta el momento, los estudios realizados a partir de muestras arrojaron resultados positivos en la totalidad de los ejemplares analizados”, explicó a Argentina Investiga el director del proyecto.
Si bien los microplásticos resultan contaminantes por sí mismos, cabe mencionar que también tienen la propiedad física de adsorber otras sustancias, tales como contaminantes orgánicos persistentes y algunos metales pesados. Este hecho, sumado a la posibilidad de que los microplásticos ingeridos pudieran liberar sustancias microscópicas durante el proceso digestivo, que podrían traspasar la barrera intestinal y alcanzar así otros tejidos, implica un riesgo tanto para los animales en estudio como para toda la red trófica, como así también para el hombre que consume estos animales, como es el caso de muchos pescadores.
Yokobori señala que la sede central del Club de Pescadores de donde se obtuvieron las muestras se encuentra muy próxima a uno de los desagües de la cuenca del arroyo Maldonado, en el que converge parte de las escorrentías de la ciudad de Buenos Aires, portando eventualmente elementos propios de la contaminación urbana.
Este estudio presenta resultados coherentes con los obtenidos por la licenciada Rocío Pazos, tesista doctoral del Instituto de Limnología de La Plata-Conicet. La investigadora es la autora principal de un artículo publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, el cual muestra resultados contundentes acerca de contaminación con microplásticos en peces capturados en aguas del estuario cercanas a la ciudad de La Plata. Los investigadores de este trabajo demostraron que, conforme aumentaba la distancia a los desagües provenientes de la zona urbana de La Plata, disminuía la cantidad de microplásticos encontrados en los tractos digestivos de los peces.
“Asimismo, un factor adicional que estamos estudiando es si los cambios en los regímenes de precipitaciones ocurridos en las últimas décadas han favorecido la presencia de microplásticos, en particular de microfibras, en las aguas porteñas del Río de la Plata”, señala Yokobori.
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Los especialistas proyectan ampliar la muestra, de manera de poder efectuar análisis estadísticos que incluyan una clasificación precisa y la cuantificación de los microplásticos encontrados, incluyendo también eventuales variaciones según las distintas épocas del año en que se hayan realizado los muestreos.